El juez muestra el lugar donde impactó la piedra.
SANTIAGO.- Si le hablan de Leonardo Bustamante, joven profesional, contador y funcionario de la Mutual de Seguridad, quizás no tenga la más mínima idea de quien es. Sin embargo, si le nombran al árbitro asistente agredido por un proyectil en su cabeza durante el partido entre Universidad de Chile y Unión Española el sábado pasado, recordará perfectamente la imagen del juez tendido sobre el cesped con la cabeza sangrando, y retirado inconsciente en medio de una lluvia de piedras.
El tipo hoy vive dos paradojas. Trabaja en una empresa dedicada a la prevención de accidentes laborales, y más encima está hospitalizado desde el domingo en el Instituto de Seguridad del Trabajo, su competencia en lo laboral. Desde la pieza 406, y aun cuando todavía está en observación a la espera del alta médica, accedió a conversar gentilmente con EMOL.
"Para mi esposa fue caótico verme tirado en el suelo, sangrando, y sin poder hacer nada"
Detrás del personaje que semana a semana se viste de negro para ser juez en los partidos de Primera A del fútbol chileno, está un hombre amable de buen trato y enamorado de la vida familiar. Leonardo Bustamante, es casado con Paula hace 11 años, con tres hijos pequeños, Felen de nueve, Yerco de seis, e Isidora de tan sólo un año y medio de vida, y nunca esperó que su familia viviera emociones tan dolorosas el pasado fin de semana.
¿Cómo se enteró su familia de la agresión?
Pasó algo insólito, mi señora nunca ve mis partidos, porque se pone nerviosa, después del partido íbamos a ir a la casa de mis suegros, y justamente, para ver a qué hora me iba a desocupar, decidió por primera vez escuchar el partido por radio. Escuchó de algunos incidentes, y que había un asistente herido, dijeron que tenía daños neurológicos y que estaba sangrando. Ahí empezó la preocupación, fue caótico para ella ver que estaba botado en el suelo, y con la impotencia de no poder hacer nada. Además el locutor insistía en que seguían cayendo proyectiles, y eso le provocó mucho más temor, pero luego pudo tranquilizarse y actuar con más calma.
¿Y el resto de su familia?
Mi familia es muy ligada a esto, los papás y hermanas de mi señora estaban viendo esto por televisión. Fue caotíco para mis cuñadas, para mis sobrinos, somos una familia muy unida, y nos queremos mucho, además son los hinchas número uno del tío que está en el fútbol. Fue mucha la preocupación de ellos. Además, mi papá estaba en el estadio en ese momento, luego llegó mi señora super preocupada.
¿Y qué pasa con los hijos cuando ven imágenes tan crudas?
Para mi familia fue un trauma bastante fuerte, cuando ví a mis hijos estaban con los ojos llorosos, habían llorado y sufrido bastante con las imagenes de ver al papá tirado en el suelo siendo apedreado.
¿Siguen preocupados?
Sí, aunque espero que no traiga problemas el día de mañana cuando me toque nuevamente salir a dirigir un partido, me digan cosas (la gente) y tengan temor de que me pueda pasar algo
Después de esto, ¿le han pedido que deje el fútbol?
Hasta el momento nadie me ha pedido eso, y si mi señora me lo llega a plantear mi respuesta es no. Es algo que me gusta y me apasiona. Comencé cuando estudiaba la universidad, además trabajaba y era compañero de Pablo Pozo en un banco, jugábamos fútbol juntos, y un día
nos picó el bichito, y nos ofrecieron hacer un mini curso con el papá de Pablo, (Juan Pozo, ex árbitro), y empecé a arbitrar de forma amateur en ligas de empresa. Pero siempre como hobbie, porque yo trabajaba, estudiaba, estaba recien casado y era mucho sacrificio.
A su familia supongo que no le hizo mucha gracia su "hobbie"...
Siempre mi señora se opuso a que yo fuera árbitro, nunca le gustó que dejara un poco botada a la familia por algo que recien estaba empezando. Empecé a preguntar, y decidí entrar al Comité de Arbitros, en un curso de 5 meses que dictaba Gastón Castro y otros maestros.
¿Fue díficil tomar la decisión?
Entré con gran oposición de mi familia, tanto que algunas veces llegaba a la casa y estaban todos enojados, mi señora me escondía mis camisetas y mis banderolas. Y yo la entiendo porque en esta profesión se deja mucho de lado a la familia, porque después de trabajar, irte a entrenar, llegar a la casa tarde, viajar los fines de semana, es algo que no le gustaría a ninguna esposa.
Afortunadamente, mi familia asumió, y se convirtió en un gran apoyo, había ganado la guerra después de muchas batallas.
"Mi señora me escondía mis camisetas y mis banderolas".
Desde entonces más de alguna polémica ha vivido...
Una vez siendo asistente en la Copa Nike, a la salida y sin ningún resguardo policial, un preparador físico de Colo Colo me agredió, me pegó puñetazos, hubo incluso una patada en la espalda. El sindicato se querelló pero todo quedó en nada.
La pesadilla del Santa Laura
Bustamante, quien en su juventud jugó por las series menores de Cobreloa y tiene como tío a Manuel Bustamante, otrora jugador del San Felipe de Luis Santibáñez, reconoce que el del sábado es su primer partido con incidentes tan graves, y que siempre le había tocado público de buen comportamiento
Desde un principio se dijo que el partido iba a ser complicado. ¿Sintió temor en algún momento?
Nunca he sido temeroso de estas situaciones, sí lo había asumido con una gran responsabilidad, porque llegar a un partido como ese es como llegar a un clásico, siempre los partidos de Universidad de Chile con la Unión son partidazos.
Igual debe dar miedo estar a lado de la barra
Claro que siempre estás con temor de que cuando estás cerca de las galerías puede pasar algo, pero de ahí a que no levante la banderola o no cobre algo por miedo nunca.
¿Por qué hubo tanta furia de parte de la hinchada?
Yo fuí el que expulsó a Amaya, por lo que la vuelta a mi posición no fue de lo mejor -ríe-, no tuve una buena bienvenida. Hubo fueras de juego bien marcados, obviamente la gente comenzó con los epítetos, los insultos, escupos, y empezaron a tirar cosas.
¿Cuándo se complicó la situación?
Cuando Unión Española iba ganando 2-0 con el gol de José Luis Sierra, empezaron a caer fierritos, que no sé de donde los sacaban, tiraban piedras, tapas de botella, encendedores, y se agudizo con la expulsión de Amaya.
¿Y qué pasó después?
En el segundo tiempo, Sierra fue a lanzar un tiro de esquina, y empezó a caer de todo, cayó un petardo que reventó, inclusó las esquirlas me pegaron en las piernas. De ahí empezaron a caer un poco más, con el tercer gol de la Unión, se agudizó, y después de un contragolpe me llegó la piedra a la cabeza y de ahí ya no recuerdo más.
Pocos se preocuparon de Bustamante
Pese a ser un caso más que publicitado en la prensa, Bustamante no oculta su molestia por el hecho de que gente de la Intendencia no lo haya ido a visitar, como tampoco lo han hecho ni dirigentes de la Unión Española y Universidad de Chile. Aunque de igual modo agradece la visita y llamados que han hecho todos sus colegas del arbitraje, y también el gerente de la ANFP, Carlos Toro.
¿Qué es lo más doloroso de esta situación?
Es muy latoso no estar con mi familia, estoy acostumbrado a estar con mis hijos y mi señora todos los días, estar y dormir en mi casa, además que estar en un hospital es super fome.
¿No ha tenido problemas en el trabajo?
Estoy con licencia, y afortunadamente en mi trabajo me han dado todo el apoyo, incluso fue la Mutual la que facilitó una ambulancia para que el domingo me trajeran desde mi domicilio hasta acá.
Con todo esto, ¿qué pierde Leonardo Bustamante?
Más que perdidas he recibido ganancias, porque a pesar de que la persona haya tirado una piedra me haya hecho daño físico, en general he recibido todo el cariño de mi gente, y eso para mí es lo más importante.
Según su criterio, ¿quién es el responsable de la violencia en los estadios?
La responsabilidad es de todos, no se le puede echar la culpa al Gobierno, ni a los dirigentes del fútbol, ni a los jugadores, pero obviamente la culpa siempre la va a tener el enajenado que tiró el proyectil, y los hinchas que están al lado de él y no lo denuncian. Cada estamento debe cumplir su papel, si hay una ley de violencia en los estadios se debe hacer cumplir, no que los detenidos salgan libres a las dos horas, porque yo a las dos horas no voy a salir de aquí, yo llevó acá más de cuatro días y ellos ya salieron.
El ex futbolista de cadetes de Cobreloa, espera que mañana le den el alta médica.
Si tuviera la posibilidad, ¿qué le diría al delincuente que lo agredió?
Si lo tuviera al frente le diría muchas cosas, mal que mal soy humano y en mi cuerpo corre sangre. No lo agredería, pero sí decirle que si fue al estadio a tirar piedras y no ver el partido logró su objetivo y arruinó un lindo espectáculo. Ojalá se de cuenta y recapacite, que le hizo daño no sólo al que estaba tirado en el suelo sino que a todo el fútbol, y que por eso la gente no va al estadio.
Para finalizar, ¿que opina sobre la amenaza de la Intendencia de jugar los partidos sin público?
Es lamentable, pero sí es una medida ejemplificadora debe hacerse. Hay hacer respetar las medidas, es la única forma que la gente que realmente quiere ver fútbol vaya al estadio, no se debe permitir el ingreso a los estadio del lumpen que se confunde en la barras bravas, porque enlodan un espectáculo precioso.
