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Suspenden clásico romano por supuesta muerte de un niño

Pese a que la policía negó que en las inmediaciones al estadio Olímpico haya muerto un niño, jugadores e hinchas presionaron por esa razón para no jugar el partido, cuando el reloj marcaba 47' y no habían goles.

21 de Marzo de 2004 | 17:47 | EFE
ROMA.- El "clásico romano" entre Lazio y Roma ha quedado definitivamente suspendido, cuando sólo se habían jugado dos minutos del segundo periodo (0-0), ante las noticias aparecidas sobre la posible muerte de un niño en las inmediaciones del estadio, lo que fue desmentido por la policía.

La noticia de la posible muerte de un niño, presuntamente arrollado por un vehículo policial, mientras iba al estadio, fue desmentida por la megafonía de estadio. Pero ello no bastó para que el partido se reanudase, al no sentirse los jugadores en condiciones de seguir jugando.

Ya antes de entrar en el terreno de juego para iniciar la segunda parte, los jugadores vieron cómo su respectiva afición, que había quitado las pancartas, les solicitaba no jugar ante la presunta muerte de un niño en las inmediaciones del estadio olímpico.

Pese a ello, el segundo tiempo se puso en marcha, pero ante los gritos de los aficionados, los jugadores decidieron parar el partido en el minuto 47, con sólo dos jugados tras la reanudación.

Tras unos minutos de confusión, con los jugadores de uno y otro equipo dialogando con el trío arbitral, por la megafonía del estadio se anunció oficialmente que la noticia del fallecimiento carecía "de fundamento".

Pese a ello, el juego permaneció sin reanudarse, ya que los jugadores, ante las continuas peticiones de sus seguidores de no jugar al no creerse el anuncio oficial, solicitaron sobre el campo la presencia de un responsable policial para que les asegurase que nada había ocurrido.

Tras unos minutos apareció un representante que afirmó a jugadores, técnicos y árbitros que en los incidentes previos no se registró tal muerte. Asimismo, se volvió a repetir por la megafonía que nada grave había acontecido.

Pese a ello, y la insistencia arbitral para que se reanudase el partido, los jugadores de la Roma y de la Lazio se negaron a jugar, con los seguidores pidiendo que no se pusiera el balón en juego y con algunos de ellos saltando la valla que separa las gradas del terreno de juego.

En uno de los fondos, incluso, los aficionados hicieron una fogata que provocó un intenso humo negro.

Al final, con los jugadores de uno y otro equipo no sintiéndose jugar, el árbitro Rosetti decretó la suspensión del partido, con lo que los componentes de una y otra plantilla se encaminaron a los vestuarios.

En las horas previas al partido se produjeron una serie de incidentes entre las aficiones, así como de éstas con miembros de la fuerza del orden, lo que motivó la actuación policial y la detención de una decena de fanáticos.

La salida de los aficionados del estadio Olímpico, que estaba totalmente repleto, ha sido controlada por un gran número de agentes.