BUENOS AIRES.- Las ciudades uruguayas de Montevideo y Punta del Este, y la provincia argentina de Entre Ríos, figuran entre los más probables destinos para el ex astro del fútbol mundial Diego Armando Maradona, que sigue internado en una clínica de Buenos Aires.
La familia y su médico personal están buscando algún establecimiento adecuado para el famoso paciente, después de que cinco clínicas de la capital porteña se negaron a recibirlo, usando distintos argumentos.
Juan Carlos Ferreira, director de una clínica de rehabilitación para drogadictos, ubicada en la provincia de Entre Rios, confirmó públicamente que tuvo contactos con allegados a la familia.
Estimó el profesional que en ese lugar Maradona podría recuperarse, porque además de ser tratado por especialistas, estaría completamente aislado, ya que el establecimiento está ubicado en una isla, en medio del rio Paraná.
"Es difícil que allí se le acose" como en Buenos Aires, dijo Ferreira, porque hay que navegar cinco minutos por el río para llegar y no hay un lugar donde el periodismo pueda instalar un campamento de vigilia permanente, como ocurre en la clínica Suizo Argentina.
El médico personal de Maradona, Alfredo Cahe, mantuvo contactos también con otras instituciones y hoy trascendió la posibilidad de llevarlo a Uruguay, e internarlo en Montevideo, la capital, o en la ciudad balnearia de Punta del Este.
Por el momento está descartado un viaje largo a otro país, ya sea Cuba, Canadá, Suiza o Italia ya que nadie se atreve a autorizar un viaje largo en avión, debido a su estado de salud.
Diego Maradona permanece en la sala de cuidados intensivos de la clínica Suizo Argentina adonde ingresó el miércoles pasado, por segunda vez, como consecuencia de una "transgresión alimentaria" que sufrió mientras estaba en una finca de la localidad de General Rodríguez, a unos 60 kilómetros del centro de Buenos Aires.
En esa misma clínica había estado internado entre el 18 y el 29 de abril tras sufrir una grave descompensación que le produjo serios trastornos cardíacos y respiratorios, complicados después por una infección pulmonar.
En esta segunda internación, Maradona sufre el síndrome de abstinencia, ya que hace veinte días que no consume cocaína, razón por la cual ha tenido algunos estallidos de furia, que han obligado a los médicos a mantenerlo sedado.
Su condición especial de paciente famoso y su caracter "indomable" han sido algunas de las causas por las cuales resulta difícil encontrarle un lugar donde internarlo, para someterlo a un estricto tratamiento contra la adicción a las drogas.
