BUENOS AIRES.- Diego Maradona se encuentra hoy "estable", pero debería quedar internado en la Clínica del Parque, donde ingresó ayer, dijo su médico personal, Alfredo Cahe, quien por otra parte confesó sentir que "esta es la última oportunidad para salvar a Diego".
En una desordenada conferencia de prensa en las puertas de la clínica pisquiátrica de Parque Leloir, Cahe no quiso dar detalles sobre si Maradona está sufriendo un síndrome de abstinencia de drogas, al señalar que "de temas que hacen a la ética profesional no voy a hablar".
Confirmó que no contó con el consentimiento del paciente para su internación, pero sí con la expresa autorización de su esposa, Claudia Villafañe, y sus dos hijas.
"Estamos en el lugar indicado, hoy es el primer día, luego vamos a ver cuál va a ser el resultado final" del tratamiento, agregó.
Maradona comenzó hoy su primer día de internación para realizar un tratamiento combinado que conduzca a eliminar su adicción a las drogas.
Este lugar de internación depende del Hospital Italiano y su director, Héctor Marchitelli, junto al médico personal del astro futbolístico, Alfredo Cahe, fueron quienes acordaron la forma y lugar de traslado, que se produjo a las 14.35 de ayer.
Para resolverse esta situación se debió llegar a un acuerdo entre los familiares y los médicos que atienden a Diego, quienes debieron apelar al método denominado curatela, según explicaron fuentes vinculadas al caso.
Esta alternativa se adopta cuando un paciente no es capaz de resolver por sí mismo sobre su persona, por lo que en este caso la responsable legal de la salida de Diego de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, donde se encontraba internado desde el miércoles pasado, fue su madre, conocida como doña Tota.
La decisión se tomó porque no era voluntad de Maradona instalarse en este sitio, ya que lo que él pretendía era volver a la quinta "De más de dos", ubicado en General Rodríguez, donde permaneció cuando no estuvo internado en la Suizo Argentina.
Otro de los deseos del ex capitán de la selección argentina era regresar a Cuba.
Para sus familiares, estas dos opciones no ofrecían la posibilidad de curar a Diego de su adicción, por lo que resolvieron tomar la decisión de internarlo en un centro que realice este tipo de tratamiento, que de por sí deberá extenderse, según estiman los médicos, por espacio de un año y medio.
