ROMA, Italia.- Empoli, equipo donde milita el chileno Jorge Vargas, y Módena, que corren serio riesgo de descender a Serie B, impugnaron ante la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) al torneo que concluirá este domingo por considerar que el escándalo de las apuestas clandestinas favoreció a Chievo, Siena, Reggina y Lecce.
"Pedimos que, si hay irregularidades, estos clubes sean castigados ya en este torneo, según el reglamento de la FIGC, porque todo indica que se vieron favorecidos por los arreglos ilegales efectuados en la sombra con las apuestas clandestinas", declaró hoy el abogado del Modena, Mattía Grassani.
"Recibí en las últimas horas confirmación de la gravedad de la investigación judicial", afirmó a su vez el propio Fabrizio Corsi, presidente de Empoli, cuyo club deberá vencer a Inter el domingo para asegurar su permanencia en la Serie A.
"Creo que el campeonato no terminará el domingo", agregó Corsi, quien se preguntó si para salvarse del descenso deberá comprar acciones de otro club, tras lo cual deslizó sospechas sobre los vínculos de Juventus con Perugia y de la banca Capitalia con Roma, Lazio y Perugia.
La FIGC abrió ayer mismo una investigación luego de que la Fiscalía de Nápoles allanó doce clubes y puso bajo investigación a cinco jugadores, tres de ellos de Siena, por supuestos arreglos de resultados para beneficiarse con las apuestas clandestinas.
Los resultados de los partidos de Serie A Lecce-Siena (0-0), Chievo-Siena (1-1), Chievo-Reggina (0-0) y Siena-Udinese (1-0), además de otros varios de los torneos de ascenso, están sospechados de haber sido concertados de manera fraudulenta.
Las sospechas surgen tras reveladoras escuchas telefónicas que implican a los jugadores Generoso Rossi, Nicola Ventola y Roberto D’Aversa (Siena), Salvatore Ambrosino (ex Catanzaro, ahora Grossetto) y Vincenzo Onorato (Juve Stabia).
También están bajo investigación los clubes Siena, Lecce, Chievo y Reggina (Serie A), Ascoli y Piacenza (Serie B) y Catanzaro, Crotone, Fermana, Lumezzane, Sassari Thorres y Taranto (Serie C).
La FIGC, que ya en 1980 decretó los descensos a Serie B de los poderosos Milan y Lazio, por un escándalo similar, anticipó hoy "una línea de máxima dureza" contra clubes y jugadores si se comprueba su culpabilidad, según advirtió hoy su vicepresidente, Giancarlo Abete.
"No podemos decir por ahora que el campeonato está en riesgo, pero es necesario llegar lo antes posible a la verdad y, si hay que hacerlo, aplicar sanciones con efecto inmediato", agregó Abete, quien pidió "no demonizar al fútbol".
Sin embargo, los fiscales napolitanos a cargo de la investigación, Filippo Beatrice y Giuseppe Narducci, en su única y breve declaración a la prensa, parecieron dudar de la actitud del fútbol: "Que el calcio colabore, basta con la omertá", fue la frase que deslizaron.
Detrás de las apuestas clandestinas está la sombra de la Camorra, la mafia napolitana, a dos de cuyos "boss" se señala como organizadores: Giacomo Cavalcanti, "capo" de Bagnoli, y Luigi Giuliano, de la familia que manda en el barrio napolitano de Forcella, un "arrepentido" cuyas revelaciones hicieron estallar el escándalo.
En la Liga Italiana descienden cuatro equipos y a sólo una fecha de su finalización, Lecce tiene 38 puntos, Siena y Reggina 34, Módena y Empoli 30 y Perugia 29, mientras que Ancona es el único ya condenado a la Serie B.
Los clubes y jugadores involucrados reiteraron hoy su inocencia, inclusive el arquero Rossi, despedido por Siena en abril pasado y el más comprometido según las escuchas telefónicas en poder de la fiscalía de Nápoles, al punto que el martes se negó a declarar en la causa.
"No lo hice porque aún no había hablado con mis abogados, pero ya estoy tranquilo y a disposición de la justicia. No me gusta verme etiquetado así. Creo en el fútbol y en la honestidad de las personas", dijo Rossi.
"No hay nada en contra mío", afirmó a su vez Ventola, quien jugó en Inter y en la selección italiana y cuya vivienda fue allanada hoy por la policía, aunque él aclaró que el decreto judicial no lo "culpabiliza de nada".
El abogado Massimo Carignani, defensor del volante D’Aversa, aseguró a su vez que la situación de su cliente "es mucho menos dramática de lo que parecía" pues sólo aparece en una conversación telefónica con Rossi.
Paradójicamente, el presidente de la FIGC, Franco Carraro, agradeció hoy al gobierno italiano que haya seleccionado al calcio, junto con la Ferrari, como los dos ejemplos deportivos de una publicidad que llevará el nombre de "Made in Italy' nel mondo" y que buscará promover la imagen de Italia en el exterior.
"Un balón inflado de vergüenza", editorializó hoy sin embargo el diario católico l’Avvenire, que habla de "un último terrible escándalo" en el calcio, enumera los casos anteriores de balances falsos, doping y violencia, y termina diciendo que el fútbol vive "escándalos que ya no escandalizan".