ZURIZCH.- La FIFA abrió hoy la rotación de continentes a la hora de designar una sede del Mundial de fútbol al elegir a Sudáfrica como primer representante de Africa en albergar una fase final de este deporte.
Alemania será el representante de Europa en el próximo Mundial de 2006, Africa organizará el 2010 y América espera tener suerte cuatro años más tarde.
Joseph Blatter, el presidente de FIFA, quiso darle emoción al acto donde se descubría el ganador. Dijo antes de abrir la candidatura que desconocía el país elegido, abrió lentamente el sobre y enseñó a las cámaras de televisión y al público asistente el nombre de Sudáfrica, en medio de la alegría general de la delegación sudafricana, que con Nelson Mandela al frente lo celebraba con especial emoción.
La misma intensidad que se vivía en esos momentos en Johannesburgo donde miles de personas se echaban a la calle para jalear una de las noticias más esperadas por su población. Muchos de ellos lo vieron en directo en una enorme pantalla gigante instalada en un lugar emblemático de la ciudad.
Sudáfrica, que jugó el Mundial 2002 de Corea y Japón, encuadrada en el grupo de España, ocupa en estos momentos el puesto número 40 en el ránking FIFA, por detrás de Eslovenia y por delante de Ecuador.
Crónica de una victoria anunciada
Esta vez no hubo sorpresas de última hora y en Sudáfrica se pudo redactar la crónica de una victoria anunciada. Con esta nominación, los miembros de su candidatura, y en especial su presidente, Danny Jordaan, respiraron tranquilos, después de la dura experiencia vivida hace cuatro años, cuando Alemania les ganó la nominación de 2006 por un sólo voto, en una elección que fue polémica.
En aquella ocasión, la opción germana se impuso por doce votos a once, después de la "espantada" del neozelandés Charles Dempsey, el anciano representante de Oceanía, que llevaba el mandato de las federaciones de su área de votar a Sudáfrica, algo que hubiese provocado un empate que debía haberse resuelto con el voto de calidad de Joseph Blatter, presidente de la FIFA.
El escándalo fue sonado y poco después Blatter anunció un sistema de rotaciones de continentes que comenzaría a partir de 2010 en Africa.
Marruecos se presentaba por cuarta vez -tras optar a los Mundiales de 1994 (la elegida fue Estados Unidos), 1998 (Francia) y 2006 (Alemania)- con la ilusión de convertirse en el primer país africano en albergar un Mundial, tras haber sido pionero en el continente en clasificarse para una fase final (1970) y en pasar a segunda ronda (1986), ambas en México.
La opción marroquí, apoyada por España, era seria. Marruecos se presentaba como el puente entre el mundo islámico y el occidental y factor de paz; el clima y su proximidad a Europa hablaban a su favor.
Pero el mayor desarrollo económico de Sudáfrica, las infraestructuras ya existentes y su experiencia a la hora de albergar grandes eventos, entre ellos los Mundiales de rugby y críquet y la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible de hace dos años pudieron haber inclinado a su favor la balanza.
Según pudo saber EFE, los cuatro votos africanos fueron para Marruecos, que recibió el apoyo de Angel María Villar, presidente de la Federación Española -asimismo vicepresidente de la europea (UEFA) y de la FIFA- y del ex internacional francés Michel Platini.
Los representantes de Turquía, Bélgica, Qatar y Tailandia también pujaron por la opción marroquí.
El resto, incluido el voto latinoamericano, se decantó a favor de Sudáfrica, que ganó por catorce a diez.
Su delegación, en la que también figuraba el actual jefe de Gobierno, Thabo Mbeki, desplazó hasta Suiza nada menos que a tres Premios Nobel de la Paz: el Arzobispo Desmond Tutu y los ex presidentes F.W. De Klerk y Nelson Mandela.
Pero fue el aura de este último el que brilló con fuerza durante todo el fin de semana en Zúrich. Mandela, que el próximo 18 de julio cumplirá 85 años, pasó 27 de ellos encarcelado hasta convertirse en la figura principal del proceso que acabó con el sistema de segregación racial -el "apartheid"- en su país.
Las sanciones internacionales cesaron, Mandela fue liberado y llegó a presidente de su nación, que celebra con orgullo diez años de democracia. Hoy el líder histórico del Congreso Nacional Africano (ANC) se mostró emocionado y declaró sentirse "un hombre joven".
A la felicidad de vivir al fin en un país con mayores libertades y con más igualdad étnica, Mandela añadió una nueva. Por motivos completamente diferentes a los que se prodigaba hace quince años en los informativos internacionales, Sudáfrica vuelve hoy a ser el centro del mundo.
