SANTIAGO/PARÍS.- Lo de Massú no debería sorprender a nadie. Porque el chileno, más allá de su innegable fuerza interior y garra para jugar algunos de sus partidos, no ha podido hacer frente a un factor determinante que debe superar si quiere consolidar su éxito en el tenis profesional: la presión.
Su puesto (11º ATP) resulta esperanzador, puesto que tiene al alcance de la mano su ingreso en el destacado grupo de los top ten. Pero cuando eso hay que concretarlo en la cancha, la colocación en el ranking se vuelve engañosa.
Porque el viñamarino ha tenido más de dos oportunidades en los últimos meses de materializar el paso a los diez mejores del mundo, pero nunca lo ha logrado. Y hoy, cuando en el papel sí estaba dentro de los 10 - debido a la derrota de ayer del francés Sebastien Grosjean- no pudo reafirmarse en ese puesto y terminó dando lástima frente al español Tommy Robredo, (17º), en partido válido por la tercera ronda de Roland Garros.
Sólo los dos primeros juegos aguantó Massú al español, quien no temió poner fuerte presión desde la primera pelota en juego. La constancia y solidez en el juego de Robredo rindieron fruto en el quinto game, cuando le quebró al chileno.
De ahí en adelante, Massú perdió 14 juegos seguidos, entregando el primer set por 6-2 y el segundo por 6-0. Robredo se adelantaba por 4-0 en el tercero cuando el chileno volvió a ganar un juego.
Pero ya era tarde y el español no quiso alargar las cosas y selló el partido con un 6-2 que le permite avanzar a octavos de final a la espera del triunfador en el duelo entre su compatriota Carlos Moyà (5°) y el holandés Raemon Sluiter (82°).
Para Massú, el fin de su mejor Roland Garros y un muy posible adiós (otro más) a la posibilidad de quedarse dentro de los 10 mejores. Si antes de jugar contra Robredo, el chileno estaba con un paso y medio dentro de los top ten, la derrota de hoy lo deja más bien sólo con un par de dedos en el décimo lugar. Habrá que esperar, pero de todas formas fue una nueva lástima.
