BUENOS AIRES.- Tras los partidos de la selección nacional de fútbol y la consagración de sus tenistas en Roland Garros, la atención de los aficionados argentinos se centra ahora en Boca Juniors y River Plate, que el jueves jugarán el partido de ida por las semifinales de la Copa Libertadores de América.
El "superclásico" se jugará esta vez sin público visitante, condición impuesta por los organismos de seguridad en espectáculos deportivos, para autorizar el partido en horario nocturno.
Los dos planteles volvieron hoy a los entrenamientos y las novedades en River Plate estuvieron por el lado de Marcelo Gallardo, quien se mostró recuperado de un fuerte estado gripal que le impidió moverse normalmente la semana pasada.
Otro que volvería, pero al banco de suplentes, sería el chileno Marcelo Salas, quien está recuperándose del último desgarro que sufrió el 16 de mayo, en el partido precisamente contra Boca Juniors, por el Torneo Clausura.
En Boca hay tanta preocupación por el partido como por el futuro, ya que se anuncian los inminentes pases de Clemente Rodríguez al Spartak de Moscú y del colombiano Luis Amaranto Perea al Atlético de Madrid.
Raúl Estevez arregló con Botafogo de Rio de Janeiro y habrían aparecido nuevos interesados en Europa por el zaguero Nicolás Burdisso.
El entrenador Carlos Bianchi no podrá contar con Diego Cagna, Matías Donnet y Neri Cardozo, que están lesionados, razón por la cual la alineación "xeneize" es una incógnita.
Boca será locatario en su estadio La Bombonera en el primer partido que está fijado para las 21:00 horas locales y que será arbitrado por Claudio Martín.
La revancha será el jueves 17, a la misma hora, en el estadio "Monumental" de River Plate, con el arbitraje de Héctor Baldassi, y también sin hinchas visitantes.
