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Pierluigi Collina quiere que los árbitros "ganen" la Eurocopa

"Espero que al final de Portugal 2004 se pueda hablar de la victoria de los árbitros, como la decimoséptima selección presente en la cita europea. Sería una derrota para el colectivo arbitral que se produjeran polémicas sobre nuestra labor", aseguró el juez antes del viajar a tierras portuguesas.

10 de Junio de 2004 | 09:08 | EFE
Pierluigi Collina
Collina trasciende más allá de su particular look.
ROMA.- El italiano Pierluigi Collina, varias veces designado como mejor colegiado del mundo y el que más confianza y respeto ofrece a los jugadores y técnicos del todo el mundo, y con una imagen que va más allá del arbitraje, será el encargado de abrir la Eurocopa’2004, una competición donde él espera "el triunfo de los árbitros".

Collina, nacido en Bolonia el 13 de febrero de 1960, pero con domicilio habitual desde hace años en la toscana Viareggio, es desde luego algo más que un árbitro, con todo lo mucho que significa la figura de quien tiene que impartir justicia sobre un terreno de juego.

Tras ser conocido en sus primeros arbitrales por su espigada figura con una llamativa cabeza totalmente despoblada de cabello, con sus actuaciones dentro del terreno de juego, su inteligencia y su saber estar fuera de ellos le han llevado más allá de la trascendencia deportiva.

Así, en los últimos años no es difícil verle dando charlas, protagonizando algún desfile con las grandes "top-model" y en múltiples campañas publicitarias. Incluso, junto con un sitio oficial de internet, tiene también publicado un libro con su autobiografía y su visión del fútbol.

Está casado con una descendiente de españoles, y disfruta sus vacacionales en la isla de Tenerife de su familia política, es padre de dos niñas, políglota y consejero financiero y nunca ha sido objeto de escándalos. Además está siempre disponible para actos benéficos en favor de los más necesitados.

Tras entrar en el fútbol como jugador en los infantiles del club boloñés Pallavicini, Collina se inició en el arbitraje gracias a un compañero de escuela que en 1977 (con 17 años) le propuso acudir a un curso de la sección arbitral de Bolonia.

Ahí a Collina le empezó a entrarle un "gusanillo" por el arbitraje que ya fue imparable y que le ha llevado a la cima mundial en su sector. En 1991 se produjo su ascenso a la Primera división italiana y cuatro años después ya entró en el círculo internacional FIFA.

En su amplio bagaje figura haber dirigido las finales de la Copa del Mundo de Japón y Corea (2002), la de los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996) y de la Liga de Campeones de Europa de 1999. Además, ha estado presente en la Copa del Mundo de Francia (1998) y en la Eurocopa de Bélgica y Holanda (2000).

Pero, sobre todo, es el preferido por todo jugador, entrenador y directivo. Y es que junto a impone respeto y dar sensación de justicia, también es dialogante con los jugadores, a los que gusta de explicar (como también ha ocurrido a técnicos) los motivos de las decisiones adoptadas.

Eso sí, como ocurre con todo genio, donde se le discute es en su propio país. Así, en ocasiones es objeto de críticas de algún que otro periodista italiano que le considera como un árbitro con buena "mano izquierda, listo y que sabe compensar para cubrir sus errores". Algo normal en quien está en el "ojo del huracán".

Pero su buena fama internacional no tiene parangones, como evidencia que Collina, de 44 años, y con ello cerca de cumplir la edad límite (45) para poder arbitrar en Italia, ya ha recibido propuestas de otras ligas (Inglaterra) más permisibles para que cuando termine su actividad italiana acuda allí a pitar.

A la Eurocopa de 2004, Collina ha acudido no dudando en afirmar que más que su triunfo personal prefiere que esta competición sea recordada como la del "triunfo de los árbitros".

"Espero que al final de Portugal 2004 se pueda hablar de la victoria de los árbitros, como la decimoséptima selección presente en la cita europea. Sería una derrota para el colectivo arbitral que se produjeran polémicas sobre nuestra labor", fueron las palabras de Collina antes del viajar a tierras portuguesas.

Frases que dejan bien a las claras la filosofía de quien está considerado no sólo el "mejor árbitro del mundo", sino de una figura que va más allá del arbitraje.

Ahora, como era previsible, le toca abrir la Eurocopa 2004 para los árbitros, marcar el camino a sus compañeros, empezar a disipar las dudas que siempre se producen sobre la actuación de los colegiados y poner su primer "gran" grano de arena para que su deseo se cumpla.
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