LISBOA.- El asunto es más que conocido, pero pasan las décadas y nadie se pone de acuerdo. ¿Es conveniente que los deportistas mantengan relaciones sexuales durante una competición? El eterno debate, con todas las posturas posibles, también está en la Eurocopa.
Seleccionadores con trazas de general lo prohíben, aquellos que quieren ganarse la confianza de sus jugadores a través de la permisividad lo permiten, pero ninguna de las posturas está apoyada en bases científicas sólidas.
El médico de la selección alemana, Tim Meyer, es de los opuestos a ello, pero por unos motivos un tanto particulares. "El esfuerzo corporal no es mayor que el de un entrenamiento normal, pero a ello se le añade el recargo emocional que conlleva. Por eso considero el sexo antes de los partidos como problemático", aseguró el doctor de la Universidad de Sarrebrucke.
En cualquiera de los casos, los jugadores alemanes no están aislados, porque sus mujeres viven muy cerca del paraíso del Algarve en el que están alojados.
Otro de los contrarios es el técnico brasileño de Portugal, Luiz Felipe Scolari. Por orden expresa del campeón mundial en 2002, los jugadores llevan sin mantener relaciones sexuales con sus mujeres desde que comenzó la concentración de los anfitriones para la Eurocopa, el 18 de mayo. Si Portugal llegase a la final, que se juega el 4 de julio, los futbolistas habrán completado más de un mes y medio de total abstinencia.
Figo y compañía no tienen más remedio que aceptar la decisión, e incluso el amante de la disciplina encuentra apoyos dentro de la plantilla. "Se puede hacer, no es nada extraordinario", opinó Simao Sabrosa, ex jugador del Barcelona y actualmente en el Benfica.
Casado y con dos hijos, Simao incluso piensa que ello podría contribuir a formar un equipo campeón. "Si estamos aquí hasta el final nadie estará despesperado. Y no creo que necesitásemos ningún tipo de consejero", agregó entre sonrisas el futbolista de 24 años.
En el polo opuesto están Italia y Croacia. En los "azzurri" fue el propio seleccionador el que animó a sus jugadores a saciar su fogosidad en la cama. Todo el equipo dispone durante el torneo de 60 minutos diarios para disfrutar con sus parejas en las habitaciones. Y por si acaso eso no es suficiente, la "prima" por clasificarse para los cuartos de final es pasar 24 horas completas de libertad.
Igualmente, el técnico croata, Otto Baric, hizo un llamamiento al sexo. "Por supuesto que el sexo no está prohibido", sentenció antes del comienzo del torneo. "Estaría encantado si las novias y esposas de nuestros jugadores viajasen a Portugal", añadió.
Por supuesto, todas están en la concentración croata cerca de Lisboa, aunque alojadas en un hotel diferente al de sus esposos y novios. Tal fue el revuelo que se armó con el anuncio de Baric, que el médico de la selección tuvo que intervenir para aclarar los términos, aunque casi complicó más el asunto. "Los jugadores pueden mantener relaciones sexuales, siempre y cuando no requieran posiciones acrobáticas".
Y en medio de las posturas extremas, están la mayoría de los equipos. El seleccionador español, por ejemplo, da libertad a sus jugadores para hacer lo que quieran en alguna tarde libre, aunque las esposas y novias no pueden acceder normalmente a las habitaciones. Por supuesto, los futbolistas tienen su propia opinión. "Yo estoy siempre a favor del sexo", dijo entre sonrisas Fernando Torres. "Yo estoy a favor del sexo en las concentraciones, pero como mi novia no está aquí tendré que quedarme mirando a la pared", apostilló Rubén Baraja en medio de la carcajada generalizada.
Además, entre los detalles curiosos están los de rusos y búlgaros. Los rusos tienen a sus mujeres en el hotel de al lado y las visitan de vez en cuando, pero aun así ellas sintieron la necesidad de darles un extra a ellos, y posaron en una sesión de fotos desnudas, sólo cubriendo sus partes más íntimas con las fotos de sus futbolistas.
Los búlgaros, por su parte, tienen muy limitado su radio de acción. Tanto, que el seleccionador sólo les permitió abandonar la concentración antes del torneo para asistir a la boda de uno de ellos, Vladimir Manchev. Tras la boda, vuelta al trabajo, y Manchev tendrá que esperar hasta que su equipo quede eliminado de la Eurocopa para celebrar con su ya esposa el matrimonio.
