HOUSTON.- El traspaso de Shaquille y los fichajes de Kobe Bryant y Kenyon Martin dejaron ya sin ningún interés la lista de los agentes libres y ahora la actualidad se centra en el descontento de estrellas como Vince Carter y Jason Kidd, junto con la vuelta de Vlade Divac a Los Angeles Lakers.
Mientras en Miami se espera la presentación oficial de O’Neal, no se ha hecho para tener lista toda la nueva mercancía relacionada con la nueva figura del equipo, incluidas las camisetas con el número 32, que costarán 75 dólares, los Lakers se preparan para fichar al veterano Divac por 4,9 millones de dólares.
Divac, de 36 años, que llegó a la NBA procedente de la extinta Yugoslavia en 1989 para jugar con los Lakers, fue traspasado a los Hornets de Charlotte en 1996 para conseguir los derechos de selección de Bryant, el nuevo líder del equipo, y al que ahora espera ayudar a demostrar que puede conseguir un título de liga sin O’Neal.
El sacrificado con este fichaje será el veterano alero Karl Malone, que todavía no sabe si se va recuperar de la operación de rodilla a la que se va a someter, pero si lo hace y quiere seguir en la competición con los Lakers sólo podrá ganar 1,5 millón de dólares.
Mucho menos de lo que le puedan dar los Heat y los Spurs de San Antonio, que también le han hecho ofrecimientos.
Divac admitió que había pasado seis años "únicos" con los Kings de Sacramento, pero el equipo no había mostrado interés por que siguiese con ellos y la oferta de los Lakers había sido mucho más positiva.
Sin embargo, los Kings dijeron que estaban interesados en que Divac siguiese con ellos, pero no querían darle los cinco millones de dólares que pedía un jugador que lleva 16 temporadas en la NBA, aunque los Lakers se lo vayan a dar.
Mucho menos si en la plantilla tienen a un jugador como Brad Miller para el puesto de pívot y la joven promesa Darius Songaila, que ya demostró todo el potencial que tiene como profesional.
Mientras tanto, dentro de la organización de los Raptors de Toronto cada día está más claro que su estrella, el escolta Carter, no quiere seguir con ellos y desea un traspaso a un equipo de la Conferencia Este.
El nuevo gerente general de los Raptors, Rob Babcock, quisiera que Carter se quedara, pero reconoció que no sabe si eso lo quiere Carter.
El equipo con más posibilidades para conseguir el traspaso son los Knicks de Nueva York y su presidente Isiah Thomas, que conoce perfectamente a Carter desde que estuvo en la organización de los Raptors, como accionista y directivo, ha comenzado a ver la manera de conseguirlo.
No será algo fácil por la manera como Thomas ya había definido el equipo la pasada temporada de cara al futuro, pero todo es posible bajo su dirección y la facilidad con la que toma decisiones inesperadas.
Thomas "tiene mucho interés", dijo una fuente cercana a los Knicks. "Y está dispuesto a ceder a cualquier jugador de su equipo con excepción de Stephon Marbury".
Lo que no queda ninguna duda es que Carter, desde que el equipo dejó marchar a Tracy McGrady, no se ha sentido a gusto con los Raptors y unido al problema de las lesiones, su único objetivo en estos momentos en dejar a la organización del equipo canadiense.
Tampoco marchan bien las cosas en la organización de los Nets de Nueva Jersey después que Kenyon Martin fue traspasado a los Nuggets de Denver y su estrella, el base Kidd, ha comunicado a los directivos que deben conseguirle un jugador de la misma calidad o parecida a la de su ex compañero o de lo contrario quiere que lo traspasen.
La pasada semana Martin firmó con los Nuggets un contrato por siete temporadas y 90 millones de dólares, una oferta que los Nets no pudieron superar.
Ante la marcha de Martin, Kidd, considera que el trío que formaban junto con Richard Jefferson se ha roto y el potencial del equipo ya no es el mismo.
Kidd también ha entendido que los Nets quieren reconstruir el equipo con jugadores jóvenes que tengan proyección de futuro y no desea participar en el mismo.
El problema para los Nets es que en el mercado de los agentes libres ya no existe un jugador del potencial y la clase de Martin ni tampoco tienen interés en buscarlo por lo que el futuro de Kidd con su organización esta más cuestionado que nunca.
Pero el descontento de los dos jugadores no sólo está generando problemas a sus respectivos equipos sino también a la imagen de la NBA y de su filosofía de dispersar las figuras, las cuales después de comprobar que no tienen opción de luchar por un título de liga desean no sólo ganar millones sino también ganar partidos y sentirse competitivos.
