LIMA.- Perú tendrá el privilegio de ser escenario de una de las obras más esperadas en el planeta fútbol: el superclásico entre Brasil y Argentina, un choque pleno de pasión e historia, que rebasa las fronteras sudamericanas y que tiene muy pocos antecedentes en la pelea directa por un título de Copa América.
El domingo, en el estadio "Nacional" de Lima, los dos colosos del balompié de la región dirimirán entre sí el nombre del campeón continental, algo que no sucedía desde hace 45 años y que registra sólo cinco casos previos en la Copa América. En todos ellos fue la "albiceleste" la que terminó dando la vuelta olímpica.
Pero más allá de fríos datos estadísticos y de hegemonías, un Argentina-Brasil despierta en el corazón sensaciones que la razón no entiende. No sólo los dos países directamente implicados se paralizarán para ver la final por televisión, sino que el resto del continente y gran parte del mundo seguirá el desarrollo del duelo entre dos camisetas que hace tiempo están ya en el Olimpo del fútbol.
"No hay parangón con otro clásico entre selecciones en el mundo", aseguró a la prensa el ex internacional argentino Daniel Bertoni, semanas atrás, cuando un choque entre la "samba" y el "tango" en esta Copa América era sólo una posibilidad entre otras.
"¿Con qué se lo puede comparar, con un Inglaterra-Alemania, o un Bélgica-Holanda?. No, no hay ninguno igua", argumentó el ex delantero, que enfrentó a Brasil en los Mundiales de 1978 y 1982.
Desde el otro lado de la frontera, el actual director alterno de la selección brasileña, el mítico Mario Lobo Zagallo, sumó su voz en igual sentido. "Es como si cada vez que se enfrentan esos dos equipos, existiera un trofeo en disputa, un campeonato aparte", dijo.
Los torneos sudamericanos dieron marco a varios duelos memorables que dejaron huella, como el empate a uno con gol de Pelé en Buenos Aires 59, un resultado que le dio el título a los anfitriones. Diego Maradona también dijo presente en el superclásico de la Copa América en 1979, en un partido que culminó 2-2 y significó la eliminación de los argentinos del certamen.
Más cercanas en el tiempo se cuentan las victorias de Argentina en su camino a los cetros de 1991 y 1993 -en este caso por penales- y las de Brasil en Uruguay 95 -cuando Tulio acomodó la pelota con la mano antes de sellar el 2-2 previo al triunfo de su equipo desde los doce pasos- y en Paraguay 99 por 2-1, en ambos casos en cuartos de final.
A pesar de que la Copa América no tiene la trascendencia de un Mundial o incluso de las eliminatorias mundialistas, un Brasil-Argentina, con la participación de sus mejores estrellas o sin ellas, siempre despierta la atención de los fanáticos del fútbol.
Los propios ex jugadores de uno y otro lado reconocen que no se trata de un partido más. "Cualquier jugador en Brasil que no sea hipócrita no podrá negar que ganarle a Argentina es como lavar el alma", describió Nilton Santos, campeón mundial con Brasil en 1958 y 1962.
"Cuando Brasil es vencedor y los argentinos son derrotados salimos de la cancha con la sensación de haber cumplido nuestro deber hacia la pas, nos quedamos de mal humor por los diez días siguientes", argumentó.
Así como una gran actuación en un Brasil-Argentina supone un pasaporte para la gloria, un paso en falso puede condenar una carrera o despertar furiosas críticas a los entrenadores.
"Hablar sobre la rivalidad Brasil-Argentina es para mí algo marcante. Conquisté varios títulos en el fútbol y era considerado un jugador bueno, pero pese a ello hasta hoy están los que sólo se acuerdan de mí por el gol que desperdicié en el Mundial de Italia 90, en el partido con Argentina", se lamentó el delantero Muller, en alusión al cotejo de octavos de final que la "albiceleste" ganó con gol de Caniggia.
En ese "campeonato" aparte que disputan cada vez que se ven las caras argentinos y brasileños, los primeros aparecen con ligeras ventajas. En total, por Copa América, se midieron en 30 ocasiones, con 15 victorias "gauchas" y ocho del "scratch". Además se produjeron siete empates, dos de ellos definidos por penales, una vez a favor de cada equipo.
Según la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el historial de enfrentamientos en partidos de "clase A" también arroja una leve ventaja para su selección nacional, con 36 partidos ganados y 21 empatados. En tanto, Brasil suma 33 victorias, la última de las cuales está todavía fresca en el recuerdo: fue en Belo Horizonte, el 2 de junio, la noche que el local se impuso por 3-1 con tres goles de penal de Ronaldo.
En cambio, para la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) los datos son algo diferentes: la "verdeamarilla" aparece con 33 triunfos y 25 empates, mientras que su clásico rival cuenta con 32 victorias. Ambas asociaciones nacionales sí coinciden en el número de enfrentamientos: el partido del domingo será el número 91 en el historial.
Pasión sin límites, fiebre del fútbol en estado puro, un "incentivo incomparable" para los jugadores -según Bertoni-, todo eso implica un Argentina-Brasil. Por eso Perú está agradecido por oficiar de anfitrión del choque estelar que librarán el pentacampeón mundial y el equipo -junto a Uruguay- más ganador de la Copa América.
