VILLARREAL.- El Villarreal del técnico chileno Manuel Pellegrini derrotó al Atlético de Madrid en una gran segunda parte, en la que logró una ventaja de 2-0 que inclina muy a su favor la balanza de la final de la Copa Intertoto, y le sitúa muy de cerca de la próxima edición de la Copa de la UEFA.
A pesar de que en el primer minuto el argentino Gonzalo Rodríguez pudo inaugurar el marcador para los locales con un gran cabezazo, la primera parte que ofrecieron Villarreal y Atlético de Madrid se caracterizó por las escasísimas llegadas de gol, ya que ambos conjuntos desplegaron una gran intensidad en el juego de contención.
La fuerte presión que unos y otros ejercían en la medular, impedía a los hombres de creación gestar el juego ofensivo, lo que provocó que el Atlético de Madrid no inquietara ni una sola vez al portero Reina, ya que el argentino Ariel Ibagaza y Fernando Torres apenas participaban en el juego.
El Villarreal lo intentó más al tener una mayor posesión del balón pero, también con escasa fortuna. Tan sólo en una ocasión pudo romper el entramado defensivo dispuesto por el técnico César Ferrando, pero el remate de José Mari, tras la salida del argentino Leo Franco, fue despejado desde la línea de gol por Pablo.
De esta forma se llegó al descanso con las tablas iniciales tras una intensa pero poco vistosa primera mitad.
En la reanudación, el Villarreal arriesgó más en sus acciones. Jose Mari avisó a los cinco minutos y dos después, el brasileño Anderson conectó una espectacular volea que Leo Franco desvió como pudo y Roger, atento al rebote, marcó el primer gol del encuentro.
El tanto afectó anímicamente al Atlético, que pudo encajar el segundo en remates de Jose Mari y Anderson.
Ante la incapacidad de Colsa y el argentino Simeone para organizar el juego de su equipo, Ferrando apostó por dar entrada a Paunovic y variar su sistema táctico en la medular, con Ibagaza como media punta, con el balcánico y Torres por delante.
Manuel Pellegrini no se arrugó ante la apuesta ofensiva de su homólogo en el banquillo y dio entrada al argentino Riquelme, que reaparecía en el Villarreal tras dos meses aquejado de una pubalgia.
Los madrileños no mejoraron mucho su juego y el Villarreal clavó su puñal al partido -y puede que a la eliminatoria-, en una jugada de estrategia en un saque de esquina, en el que Anderson asistió de cabeza a Gonzalo Rodríguez para que cabeceara sobre la línea el segundo gol castellonense.
Con mucho oficio, el Villarreal durmió el partido ante un Atlético desesperado, que se encomendó a los balones largos en busca de Torres y Paunovic, como infructuoso argumento para tratar de variar el guión de un partido que le pone muy difícil la posibilidad de regresar a la Copa de la UEFA.
