ATENAS.- Las perspectivas eran casi estremecedoras, y el temor de que los Juegos Olímpicos se vieran ensombrecidos por un atentado terrorista estuvo en la mente de todos antes de que comenzaran. Pero cinco días después de la inauguración, nadie en Atenas habla de un ataque de esas características.
Las fuerzas de seguridad, se decía, querían convertir Atenas en una fortaleza. En vista del enorme contingente de unidades antiterroristas, se tenía casi la impresión de que los atleta se hallarían rodeados constantemente de policías armados hasta los dientes.
Pero el asunto de la seguridad, hasta hace poco motivo de comentarios diarios, desapareció prácticamente de la noche a la mañana de los titulares de la prensa mundial. Los controles ante los escenarios de competición se convirtieron ya en algo habitual. Los deportistas y los delegados ya están acostumbrados a ello.
"Apenas se nota nada de las medidas de seguridad", dijo el jinete de saltos alemán y cuatro veces campeón olímpico Ludger Beerbaum. "Los controles son muy rápidos y hasta ahora no tuvimos que hacer cola", explicó.
Para los Juegos, Grecia puso en marcha la mayor operación de seguridad en la historia del deporte. En Atenas se instaló un sofisticado sistema de control con miles de cámaras y sensores. El gobierno movilizó 70.000 soldados y policías, la OTAN envió aviones AWACS de prealarma aérea, así como barcos de guerra y especialistas para hacer frente a eventuales ataques con armas atómicas, biológicas y químicas.
"El hecho de que no haya habido ningún atentado terrorista muestra que nuestras medidas fueron adecuadas y eficientes", afirmó el portavoz gubernamental griego, Evangelos Antonaros. "Confiamos en que los Juegos concluirán de modo tan pacífico como empezaron", sostuvo.
Desde principios de año, la policía registró 400 amenazas anónimas de bombas, todas falsas.
"El nivel de seguridad es alto, la gente realiza su trabajo de modo perfecto", elogió la tenista belga Justine Henin-Hardenne. El alemán Nicolas Kiefer comentó: "Pregunté a un soldado si podía hacer una foto. No fue en absoluto un problema".
En general, los funcionarios se mantienen discretamente en segundo plano. En los escenarios deportivos apenas se ven hombres fuertemente armados. "Las fuerzas de seguridad son simpáticas y muy amables", comentó la presidenta de la Federación alemana de natación. "Eso distiende la atmósfera y hace que todos estemos más tranquilos", argumentó.
Pero para los griegos, el asunto de la seguridad no se acabó. Muchos consideran que el despliegue y los gastos son más que excesivos. El diario "Eleftherotypia" habla de una "histeria de terror" y comenta: "Los controles asustan a muchos y desisten por tanto de acudir a los escenarios olímpicos".
