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JJ.OO.: Justin Gatlin es el nuevo rey de los 100 metros planos

El estadounidense consiguió una marca de 9,85 segundos en la tradicional prueba, en la que los tres medallistas llegaron con dos centésimas de diferencia.

22 de Agosto de 2004 | 18:36 | DPA

Justin Gatlin
Gatlin, adelante por centímetros.
ATENAS.- El estadounidense Justin Gatlin se convirtió hoy en el nuevo rey de la velocidad, al conquistar el oro en los 100 metros de los Juegos Olímpicos de Atenas con una marca de 9,85 segundos.

"Esto significa el mundo para mí, esto es por lo que estoy aquí, por lo que entreno, por lo que quito nieve de la pista en los inviernos", dijo emocionado el estadounidense, tras la que fue una de las finales olímpicas más rápidas de la historia.

La plata fue para el portugués Francis Obikwelu (9,86), y el bronce para el estadounidense Maurice Greene (9,87). "No estoy sorprendido", aseguró Obikwelu, portugués de 25 años nacido en Nigeria.

El jamaiquino Asafa Powell, figura emergente de los últimos meses, fue quinto con 9,94; Kim Collins, el campeón mundial de St. Kitts & Nevis, llegó sexto con 10,00, y Obadele Thompson, de Barbados, séptimo con 10,10. El ghanés Aziz Zakari no terminó la prueba.

Gatlin, de 22 años, corrió la carrera de su vida, en un triunfo que sorprendió e impidió a Greene, oro en Sydney 2000, completar el doblete en la distancia que sólo su compatriota Carl Lewis pudo lograr en Los Angeles 84 y Seúl 88.

En una noche calurosa y húmeda, el estadio olímpico de Atenas estaba repleto a la espera de una final que siempre implica uno de los momentos más espectaculares de los Juegos, diez segundos y 100 metros que concentran la atención de cientos de millones de personas en todo el mundo.

En la tribuna sonaba el tema de "Zorba el griego", la gente bailaba y esperaba de buen humor tras una tarde de domingo en la que había visto de cerca a muchos de los mejores atletas del mundo.

Pero faltaba lo mejor, una final que concentró en dos centésimas a sus tres medallistas.

Greene fue el más rápido en salir, pero pronto se vio superado por la potencia de Gatlin, un portento físico con una nariz achatada y cara de bonachón, cualidad que, si es cierta, no ejerció hacia sus rivales en la noche ateniense.

Promediaba la prueba y Gatlin tenía una ventaja razonablemente amplia, pero entonces la mitad de sus rivales comenzó a presionar. Gatlin ganaba, ganaba, ¿ganaba?

Ganó. El estadounidense cruzó la meta superando por una nariz al portugués Obikwelu, y por dos a Greene, al que le faltaron cinco metros para llevarse el oro.

Gatlin abrió en forma desbordada la boca en el mismo momento en que cruzaba la meta. Luego, comenzó a saltar en forma descoordinada y con las piernas abiertas: era su manera de expresar alegría por el mayor éxito de su vida deportiva.

Shawn Crawford, su amigo y compañero de entrenamientos, con el que habían fanfarroneado horas antes diciendo que su objetivo era correr los 100 en 9,72, lo alzó en brazos y lo palmeó repetidas veces. Greene, con el que también entrena el nuevo campeón, lo saludó también.

Todos estuvieron lejos de esa marca de 9,72 que implicaba un récord mundial, pero protagonizaron una carrera que ya está en la historia olímpica: cinco de los ocho velocistas quebraron la barrera de los 10 segundos, y un sexto, el campeón mundial Kim Collins, paró el cronómetro exactamente en 10,00.

"Justin corrió una carrera casi sin errores, fue la carrera de su vida. Estoy feliz de haber sido parte del clima que lo impulsó a lograr esto", dijo Crawford.

Pero Gatlin no está de acuerdo, y cree que las cosas aún pueden ser mejor. "No fue una carrera sin errores, hubo errores, y estamos en condiciones de correr en 9,70".

Greene, de 30 años, resumió la noche: "Creo que dimos forma a un gran show. Ellos tuvieron una gran carrera, y yo estoy muy feliz, porque fue largo el camino hasta llegar aquí. Los muchachos jóvenes son muy buenos, pero yo no estoy terminado. Voy a hacerles las cosas duras en el futuro".

La diferencia de una centésima entre Gatlin y Obikwelu convierte además a la final de los 100 metros de Atenas 2004 en la carrera más ajustada desde Moscú 80, cuando el británico Allan Wells se impuso al cubano Silvio Leonard, compartiendo ambos el tiempo de 10,25.

Gatlin siguió con la boca abierta durante buena parte de su vuelta victoriosa a la pista, llevando la bandera estadounidense como capa y la rama de olivo como justa corona al nuevo rey de la velocidad, algo de lo que es consciente: "Los jóvenes tomamos el mando, y yo estoy para hacer historia".
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