ATENAS.- Las imágenes que hicieron la rica historia del tenis chileno fueron pasando una tras otra en la memoria colectiva en los interminables segundos que Nicolás Massú quedó tendido sobre la cancha, luego de dejarse caer tras ganar su segunda medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Jaime Fillol, Patricio Cornejo y Hans Gildemeister, entre otros, y más reciente en el tiempo el gran talento de Marcelo Ríos apuntalaron la base de este éxito olímpico que llena de orgullo no sólo a su país sino a todo el deporte latinoamericano.
Después de levantarse, Massú, todavía incrédulo por su triunfo en el singles tras haber ganado también en dobles, buscó un rostro amigo.
"!No lo puedo creer, huevón. Dos medallas de oro!", le dijo a un fotóografo chileno que no paraba de disparar con su cámara desde un costado con mucha emoción.
Los minutos siguientes, tras cuatro horas de juego y mucha tensión, pasaron como capítulos de la misma película que lo tuvo como protagonista a medida que el torneo fue avanzando.
Abrazó a su rival, el estadounidense Mardy Fish, dio una vuelta a la cancha con la bandera chilena que le arrojaron desde una tribuna, trepó las escaleras para abrazarse con su entrenador Patricio Rodríguez y agradeció varias veces el apoyo del público que lo ovacionó.
Después se emocionó otra vez en la ceremonia de entrega de medallas, a la cual se le sumó su compatriota Fernando González, quien se llevó el bronce en singles y ganó junto a Massú el oro en dobles, que fue la primera presea de oro de su país en la historia del deporte olímpico.
Massú descansará unos días en Miami, donde se reencontrará con su familia después de tres meses, y enseguida viajará a Nueva York para participar la próxima semana en el US Open.
"Ahora hay que seguir buscando las cosas, ganar un (torneo del) Grand Slam, ganar un Súper Nueve (Masters Series), ganar la Copa Davis, meterse entre los cinco primeros del mundo y ser feliz", enumeró sus sueños este gran luchador ya pensando en sus próximos objetivos.
Massú amaneció el lunes en el undécimo lugar del ránking de la ATP, en el cual subió tres puestos y está a sólo un paso de llegar por primera vez al codiciado top ten.
"Quiero tratar de seguir haciendo lo que más me gusta. Ir paso a paso, disfrutar partidos. Yo soy feliz haciendo esto, amo lo que hago y soy siempre agradecido de poder dedicarme a lo que me gusta, que no mucha gente lo puede hacer", agregó sobre cómo vive el tenis.
"Con esto me voy a sentir mucho más tranquilo, porque ya gané un torneo importante, hice historia en todo lo que yo me imaginaba y ahora voy a poder jugar mucho más tranquilo en el US Open", indicó Massú, quien había llegado a Atenas sin siquiera ganar un partido en esta temporada sobre canchas duras.
Las claves del éxito de Massú, de 24 años, fueron su gran fuerza mental y su excelente estado físico para terminar de la mejor manera una semana agotadora y en la cual dejó todo en la cancha día tras día jugando tanto en singles como en dobles.
"De una vez por todas conseguí lo que yo buscaba, que al final se dió. En 30 años más voy a recordar que yo gané la Olimpiada en singles y en dobles y yo salí de Viña", dijo con humildad. "Ganar dos medallas de oro es algo increíble".