
ROMA.- El retorno del alemán Rudi Voeller a Roma, en esta ocasión como entrenador, asemejó al de un general victorioso. Sólo faltaba el arco de triunfo construído a toda prisa en la antigua Roma para tales acontecimientos, ya que la afición le acogió con los brazos abiertos.
"Vuela, Rudi, vuela, tú eres un verdadero amigo" saludó el diario
Il Messagero al hombre que espera sea el salvador de la Roma. El hecho de que el tan recordado "tedesco" (alemán), que entre 1987 y 1992 anotó 45 goles para el equipo romano, acuda a ayudar al club en grandes dificultades, es motivo de gratitud por parte de la afición hacia al ex seleccionador alemán.
"Mi corazón latió siempre por Roma", dijo Voeller a su llegada al aeropuerto, frase que humedeció de alegría los ojos de los entusiastas "tifosi" que le aguardaban. "Confío en poder dar aquí todo de lo que soy capaz", prometió el técnico alemán.
Sólo un par de días precisó para decidirse por la aventura romana, junto con su esposa Sabrina y sus hijos, y renunciar al cargo de manager que le ofreció el Bayer Leverkusen.
"Roma me necesita, no podía negarme", dijo ya Voeller el lunes a amigos íntimos, cuando el contrato por dos años estaba ya listo para la firma. "Faltan sólo un par de detalles que serán aclarados hoy mismo", dijo Voeller camino del primer entrenamiento en el centro deportivo de Trigoria de la Roma.
El DT alemán da un salto al vacío, tal como lo fue cuando en 2000 asumió la dirección del equipo nacional alemán, sin experiencia de entrenador, en lugar de Christoph Daum, desacreditado por su "affaire" de cocaína.
"Esto será muy distinto", afirma Voeller, ya que gracias a sus tiempos de jugador de la Roma y a su esposa romana, conoce a fondo la lengua, cultura y mentalidad italianas. Los aficionados lo aman y equipo lo quería.
"Voeller es el entrenador que deseamos" dijo el capitán Francesco Totti, que no ocultó que prefería al carismático Voeller en lugar de a Luigi del Neri, despedido por el Oporto portugués y que se hubiera sentado gustoso en el banquillo de la Roma.
Pero ese lugar lo ocupará en el futuro el técnico alemán, aún sin licencia de entrenador, junto a Ezio Sella y su antiguo compañero de equipo y amigo Sebino Nela, por dos millones de euros limpios (2,4 millones de dólares) por año.
La afición romana saluda a Voeller al grito de "Rudi salvador" porque cubrió, sin pensarlo mucho, la vacante dejada por Cesare Prandelli, que a las pocas semanas dimitió del cargo de entrenador para poder estar al lado de su esposa, enferma de cáncer.
Caso de que en el debut de la temporada, el 12 de septiembre contra la Fiorentina y luego en la Liga de Campeones contra el Bayer Leverkusen, no se lograsen victorias, pronto soplarían malos vientos para Rudi en el otoño romano.
Por ello, exigió como pago por su "sí" el fichaje de refuerzos para el ataque, según informó el diario italiano
La Gazetta dello Sport. Y hoy llegó a Roma el delantero egipcio Ahmed Hossam, "Mido", procedente del Olympique Marsella. Este será sin duda el último fichaje, pues el mercado de transferencias se cierra a las siete de la tarde de hoy.
El prestigioso entrenador Fabio Capello, cuando se fue en junio al equipo rival de la Juventus, se llevo consigo a jugadores como Emerson y Zebina.
Junto a Totti y el joven Cassano, la Roma intenta aún contratar para el ataque a Berbatov del Bayer Leverkusen y al checo Milan Baros, del Liverpool, después de que su candidato preferido, Luis Fabiano, se fuera al Oporto portugués. Los dirigentes quieren hacer un esfuerzo para el nuevo técnico alemán.