ROMA.- El club italiano Livorno, donde militan los chilenos Jorge Vargas y Nicolás Córdova, responsabilizó el fin de semana de sus malos resultados esta temporada a un presunto complot de la derecha para que pierda su lugar en la máxima categoría del fútbol italiano.
El equipo toscano está último en la tabla de posiciones de la Serie A con sólo dos puntos en cinco partidos, pero la derrota del domingo, por 2-0 ante la Sampdoria, fue la gota que derramó el vaso para el capitán Cristiano Lucarelli, quien lanzó un ataque feroz contra el árbitro Roberto Rosetti.
La decisión de Rosetti de no otorgar un presunto penal a Livorno o mostrarle una segunda tarjeta amarilla al defensor de la Sampdoria Simone Pavan, fue motivada políticamente, dijo Lucarelli, como parte de una conspiración para enviar al equipo -y a sus simpatizantes izquierdistas- a la Serie B.
"Las cosas que pasan tienen poco que ver con el fútbol", dijo Lucarelli en declaraciones publicadas por el diario deportivo La Gazzetta dello Sport.
"Livorno no es el Real Madrid (de España), eso seguro, pero en estos primeros cinco partidos mostramos que estamos al mismo nivel que varios de los mejores equipos", agregó.
"De cualquier manera, los resultados muestran otra cosa. Están pasando cosas delante de las narices de todos, eso era lo que temíamos (antes del comienzo de la temporada) como jugadores, simpatizantes y toda la ciudad", sentenció.
La razón de la conspiración, insistió Lucarelli, son las inclinaciones hacia la izquierda de los seguidores de Livorno, que despliegan una bandera con la imagen del ex guerrillero argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara en las tribunas y cuyas consignas incluyen una titulada "Comunismo y Libertad".
El presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi, quien fue ministro de economía en un ex gobierno de centro-izquierda, es el seguidor más reconocido del Livorno.
Lucarelli también remarcó que los cuatro clubes que descendieron de la Serie A la temporada pasada compartían su simpatía política por la izquierda.
"El año pasado había cuatro grupos de simpatizantes en la Serie A que mostraban la imagen del 'Che' Guevara: Modena, Perugia, Ancona y Empoli. A lo mejor es una coincidencia, pero esos fueron los cuatro equipos que descendieron", agregó.
En Italia, los comentarios de Lucarelli fueron interpretados como un ataque directo para el presidente de la Liga Italiana de Fútbol, Adriano Galliani, quien, en su otro trabajo como vicepresidente del AC Milan, es empleado del primer ministro de derecha Silvio Berlusconi
Galliani no hizo caso a las acusaciones de Lucarelli, y las catalogó de fantasías. "Prefiero no hacer comentarios, estoy muy cerca de Berlusconi. Pero esta es la cosa más seria que escuché desde que estoy involucrado con el fútbol", declaró.
"Si se habla de errores de los árbitros o parcialidad psicológica está bien. Pero aquí estamos ingresando en la discusión política. Espero que Lucarelli se disculpe", finalizó.