LONDRES.- La vida privada del capitán de Inglaterra, el jugador del Real Madrid David Beckham, esta vez debido a otro supuesto escarceo con su esteticista, ocupa las páginas de los diarios británicos, que incluso se cuestionan la profesionalidad del internacional.
Pasado el escándalo que provocaron en su momento las declaraciones de la ex asistente personal del jugador Rebecca Loos, cuando afirmó que había mantenido relaciones sexuales con el capitán inglés, ahora, otra supuesta "amante" del centrocampista, la inglesa Dannielle Heath, ha vendido una nueva historia.
Esta vez se trata de una esteticista, encargada del bronceado artificial del futbolista y de la depilación de su esposa Victoria, la que manifiesta que ha intimado con el medio del Madrid en dos ocasiones, aunque matiza que en estos encuentros "nunca hubo penetración".
Heath, que presume además de ser "amiga" de la esposa del jugador, comenta que los devaneos se produjeron en la residencia del matrimonio en Madrid y que la primera vez que Beckham la "sedujo" coincidió con el día en que "Posh" anunció públicamente su tercer embarazo.
Los Beckham emitieron un comunicado en el que niegan estas declaraciones y aseguran que están "hartos y cansados" de que haya gente que trate de hacer dinero a su costa.
Además, el diario británico "The Guardian" lleva, casi, a cuestionar la profesionalidad del capitán inglés.
El pasado sábado, Beckham recibió una tarjeta amarilla, en el partido contra Gales, que, sumada a otra que vio en el choque contra Austria hace cinco semanas, hace que no pueda jugar en el partido del miércoles contra Azerbaiyán, al margen de su lesión costal.
Este diario especula con la posibilidad de que el madridista provocara esta segunda amonestación para no tener que viajar a Bakú y escapar así a la persecución de los medios informativos, especialmente tras las revelaciones de Heath sobre su supuesta última aventura.
En cuanto a fútbol, dice este diario, el jugador, que anotó el segundo gol en la victoria inglesa por 2-0, "utilizó el partido del sábado para reforzar su posición en una selección llena de jóvenes promesas".
No obstante, agrega el periódico, "a juzgar por los incidentes que llevaron a la tarjeta amarilla, parece que se trata de un hombre cuya atención y prioridades están divididas".
"Preguntarse cuánto tiempo la selección de Inglaterra se podrá permitir tener un capitán así es una cuestión que cobra una urgencia creciente", dice "The Guardian".
