
BRISSAGO, Suiza.- El ruso Vladimir Kramnik derrotó al húngaro Peter Leko en la última partida del Campeonato del Mundo de ajedrez clásico, lo que le permitió retener el título.
El duelo, programado a 14 partidas, terminó con un empate a siete puntos, resultado que le bastó a Kramnik para seguir siendo campeón.
Kramnik, con blancas, abrió de peón de rey y escogió una línea agresiva contra la defensa Caro Kann planteada por el negro. Leko, con problemas para activar sus piezas, se vio poco a poco acorralado por el juego incisivo del campeón y en el movimiento 41, tras cuatro horas de lucha, inclinó el rey en señal de abandono ante el inevitable mate.
El enfrentamiento de ambos grandes maestros fue de poder a poder y de fuerzas muy equilibradas como lo demuestran las dos partidas ganadas cada uno y las diez que terminaron en tablas, varias de ellas para olvidar.
Kramnik, de 29 años y quien sacó relucir una energía que muchos creían desaparecida para siempre, tendrá que enfrentarse en 2005 al vencedor del duelo entre Gari Kasparov, número uno del mundo, y el flamante campeón mundial de la FIDE, el uzbeko Rustam Kasimdzhanov, cuyo duelo está pevisto para enero próximo en Dubai.
La FIDE aspira así a poner fin al cisma de ajedrez existente desde 1993 cuando Kasparov, ansioso de dólares y poder, fundó la Asociación de Ajedrecistas Profesionales (PCA), organizando sus propios campeonatos del mundo.
En octubre del 2000, Kramnik derrotó a Kasparov en Londres arrebatándole la corona.
El campeón se llevó el 60 por ciento del millón de francos suizos (unos 740.000 dólares) con que estaba dotado el encuentro y Leko el 40 por ciento restante.