NUEVA YORK.- Ron Artest, escolta de los Indiana Pacers, fue oficialmente suspendido por el resto de la temporada, después de que la NBA decidiera imponer sanciones ejemplares a tres jugadores de los Indiana Pacers, por pelear con los aficionados de Detroit en los últimos minutos del partido del viernes contra los Pistons.
En total, nueve jugadores de ambos equipos fueron sancionados por un total de 143 partidos. Entre las sanciones figuran algunas de las más severas impuestas en la historia de la liga.
Por Indiana, Stephen Jackson fue suspendido por 30 encuentros y Jermaine O’Neal estará castigado durante 25. Por Detroit, Ben Wallace, cuyo empujón sobre Artest después de una falta derivó en la trifulca de cinco minutos, estará fuera durante seis duelos, mientras que el escolta de los Pacers, Anthony Johnson, recibió un castigo de cinco encuentros.
Otros cuatro jugadores fueron suspendidos por un partido: Reggie Miller, de Indiana, así como Chauncey Billups, Elden Campbell y Derrick Coleman, de los Pistons. Todas las suspensiones son sin goce de sueldo.
Esta tarde una cadena televisiva estadounidense había deslizado castigos menores para cuatro jugadores, entre ellos uno de 30 fechas para Artest, pero la información oficial apaga todas los rumores sobre las penalidades
Las sanciones más fuertes de la historia
Nunca antes la NBA había suspendido a un jugador por toda una temporada, por una acción producida durante un partido oficial. El único precedente era el castigo aplicado a Latrell Sprewell, quien quedó marginado de las canchas por todo un año, pero fue por agredir a su entrenador durante un entrenamiento.
En la historia de la liga, la sanción más fuerte había sido impuesta en 1977 a Kermit Washington, quien le dio un golpe de puño a Rudy Tomjanovich durante un partido. Washington quedó 26 partidos fuera de las canchas.
La agresión de Vernon Maxwell a un fanático en 1995, era el único capítulo similar al sucedido el viernes en Detroit. En aquella oportunidad, Maxwell fue sancionado con diez partidos, en lo que fue el segundo castigo más extenso en la historia de la liga.
Dennis Rodman, en 1996, había recibido también una dura sanción, cuando quedó fuera por siete partidos tras darle un cabezazo a un árbitro.
