INDIANÁPOLIS.- Los Indiana Pacers, cuyos principales jugadores fueron severamente castigados por la NBA por su participacion en la "batalla del viernes", dijeron hoy que mantienen su objetivo de luchar por el título en la mejor liga de baloncesto del mundo.
El pasado fin de semana, los Pacers, encabezados por el temperamental Ron Artest, pelearon con fanáticos de los Detroit Pistons en un escándalo descomunal que puso a la National Basketball Association (NBA) estadounidense en las páginas rojas de los diarios.
El comisionado de la NBA, David Stern, aplicó sanciones nunca vistas en la historia de la liga para que "escándalos de este tipo jamás vuelvan a ocurrir en nuestras canchas". Artest fue suspendido por el resto de la campaña 2004-2005.
Stephen Jackson con 30 partidos y Jermaine ONeal con 25 son otros de los jugadores suependidos. El trio es la columna vertebral de la ofensiva de los Pacers.
Donnie Walsh, presidente de los Pacers, admitió hoy en un rueda de prensa que la pelea fue un hecho "completamente bochornoso para la historia del deporte estadounidense" y expresó las disculpas de su club ante los aficionados.
Los dirigentes no dijeron si apelaran las sanciones "difíciles de digerir", según el entrenador Rick Carlisle.
Aunque los Pacers se quedan sin sus mejores astros, para sus dirigentes el objetivo del equipo "no ha cambiado. Seguimos en la pelea y nuestra meta es ganar el título", dijo Walsh.
Los Pacers perdieron en la campaña pasada ante los Pistons la final por el título de la Conferencia del Este.
Larry Bird, legendario héroe de los Boston Celtics, ahora en función de dirigente de Indiana, cree que las sanciones fueron muy drasticas. Bird, sin embargo, dijo que no estaba seguro de si el equipo apelará.
