| La campaña de los "Toros" |
Provincial Osorno finalizó en la primera ubicación en la fase regular de la Dimayor con 40 unidades, tras vencer en 18 de los 22 encuentros disputados.
El quinteto lechero sólo cayó ante la Universidad Autónoma (en la primera fecha), Llanquihue (6ª), Ancud (11ª) y Universidad Católica (17ª). Sólo ante el elenco de Chiloé los "Toros" perdieron de local.
En la fase final de los playoff, el quinteto de la Décima Región chocó en primera instancia ante Deportivo Español (octavo en la fase inicial). Para el elenco lechero el asunto se resolvió en forma rápida. Ganaron sus dos primeros juegos de local y luego se quedaron con el cuarto encuentro, definiendo la serie por 3-1.
En semifinales, Osorno se topó con Universidad Católica, en una serie que bien pudo haber sido la final del campeonato. Ningún elenco entregó ventajas en su propio campo, por lo que la serie se estiró hasta su máximo de cinco partidos. Tras los dos triunfos de cada equipo jugando de local, la definición se determinó en la Décima Región, donde los sureños se impusieron con clara ventaja.
La final encontró a los dos mejores equipos de la Dimayor. Provincial Llanquihue, actuales campeones de la Dimayor, apareció como un elenco opacado en cierta medida por los osorninos que terminaron al tope de la tabla en la primera fase lo que les valió el derecho a la localía.
Sin embargo, esa ventaja fue rápidamente arrebatada por Llanquihue que en el segundo juego en Osorno se quedó con la victoria. Las cosas se daban para los de Puerto Varas cuando quedaron con ventaja de 2-1 cuando la serie viajó a su ciudad.
Sin embargo, en el cuarto juego vino la sorpresa. En el mismo Fiscal de Puerto Varas, Osorno apabulló por 102 a 72 a los locales y emparejó la serie. El quinto juego, jugado el miércoles pasado, se encontró con un equipo lechero que nunca dio ventajas, tanto así que el primer cuarto acabó con un sorprendente 32-7 a favor.
Con la ventaja 3-2, la serie retornó a Puerto Varas, donde los "Toros" no pudieron vencer. Pero les quedaba el juego de hoy de local, donde por fin enterraron el fantasma de 2002, cuando Llanquihue les aguó en la celebración en su propia casa. El básquetbol también tiene revanchas... |
OSORNO.- Fue una final electrizante. Hasta el último segundo no había certeza de quién sería el campeón, pero por garra y esfuerzo, más que por mejor básquetbol, fue Osorno quien se quedó con el título 2004 de la Dimayor.
Sólo cuando quedaban tres segundos los "Toros" lograron imponer una diferencia de dos puntos que obligó a Llanquihue a usar lo que quedaba de tiempo en un tiro de larga distancia que nunca encontró el aro. Fue el final de miedo que nadie podría haber aventurado: 103-101 para los osorninos.
Jugadores bebiendo champagne sobre los aros, el público abarrotando la cancha y los jugadores repartiendo abrazos. Postales de una final en el gimnasio Monumental María Gallardo Arizmendi, que devolvió a la gente de la Décima Región una alegría que no veían desde 2000.
No era fácil la tarea para los "Toros" considerando que los acechaba el fantasma del año 2002. En aquella final, ganaban 3-1 a Llanquihue, a falta de dos duelos en Puerto Varas y uno en Osorno. Contra todo pronóstico, los lecheros no pudieron vencer más y acabaron perdiendo la final por 3-4. Fue la única vez en la historia de la Dimayor en que un equipo perdió por tamaña diferencia a su favor.
Pero este año fue distinto. Aunque la serie no pudo estar más emparejada, Osorno contaba con la ventaja de haber terminado primero en la primera fase, lo que le permitía definir en su estadio. Y el apoyo de la gente fue fundamental cuando el básquetbol desaparecía por el nerviosismo en los minutos finales.
Fue un partido de ida y vuelta que se jugó a una velocidad desconcertante a ratos. Había evidentes ansias en ambos elencos en que llegara pronto el final. Eso generó errores y desconcentraciones en ambos elencos que aunque mostraron a ratos su mejor juego, carecieron de regularidad y frialdad en los instantes decisivos.
Llanquihue no regaló nada. Con la experiencia del bicampeonato, el quinteto lacustre se atrevió y complicó al local. Figuras fueron José Luis Campos y Patricio Arroyo que incluso tuvieron en sus manos un final distinto. Pero fallaron.
El primero puso a su equipo a cinco de diferencia, luego de estar 10 abajo, cuando quedaban menos de dos minutos. Un par de jugadas después marcó dos más que redujeron la diferencia al mínimo, y además consiguió una falta. Pudo haber empatado el partido, pero falló desde la personal.
Los errores se repartían en el campo. Con el marcador 102-101 Osorno tampoco concretaba en la otra canasta. Las jugadas eran largas para consumir segundos, pero tras los obvios fouls, no caían puntos desde la línea de libres.
Otra opción para Llanquihue y ahora fue Arroyo el que no pudo echar ninguno de los dos que tuvo. Habrían sido el empate y la ventaja. Pero no, la historia decía que Osorno tenía que alzar los brazos.
Cristian Pérez marcó uno de los dos libres que tuvo y obligó a Lawrence Wallace a lanzar desde mitad de cancha una plegaria que no llegó a oídos de nadie. Fin del partido, Osorno acababa con la maldición del monstruo del lago y ponía semáforo rojo a la ilusión lacustre del tricampeonato.
La final
Osorno, 103: E. Carrasco (9), P. Sáez (15), C. Pérez (24), J. Scales (26) y N. Johnstone (20); ingresaron también P. Coro (4), J. Soto (5) y L. Sáez (0).
Llanquihue, 101: L. Wallace (22), J.L. Campos (20), P. Arroyo (3), J. Tate (17) y P. Briones (16); ingresaron también E. Paris (4), R. Espinoza (17) y C. Troll (2).
Gimnasio: Monumental María Gallardo Arizmendi, Osorno
Árbitros: H. Barrera, B. Carrasco y S. Olave
Aistencia: 4 mil espectadores aprox.
Parciales: 26-30 / 56-52 / 85-76 / 103-101
Serie final: 4-3 para Osorno
