SANTIAGO.- Marcelo Ríos siempre mantuvo esa dicotomía. Se ganó cientos de portadas por su tenis suelto y de tintes mágicos que lo llevó a ser número uno de un deporte tan popular como el tenis. Pero, lógico, ese estatus de figura también le provocó acaparar figuración por lo que hizo -y sigue haciendo- fuera de la cancha.