
MONTECARLO.- Se acabaron las pruebas para Renault y sus pilotos Fernando Alonso y Giancarlo Fisichella, y llegó la hora de la verdad: el equipo francés se presentó hoy con todo boato en Montecarlo con la exigencia directa de luchar por el título mundial de Fórmula 1 con Ferrari.
"Hace falta que ganemos carreras y que estemos entre las tres escuderías que luchen por el título mundial", afirmó con toda solemnidad el presidente del equipo Renault, Patrick Faure, en el acto celebrado en el Forum Grimaldi de la capital del Principado de Mónaco, sede de las esencias más profundas de la Fórmula 1 y de la fuerte apuesta de la marca francesa.
En cualquier caso, el llamado de Faure no puede ser sorprendente, porque cuando la marca decidió volver con un equipo propio hace tres años, ya se citó el año 2005 como el primero del asalto al título. "Formar parte sistemáticamente de los pretendientes al podio ya no es suficiente. Tenemos que ganar carreras de manera regular", sentenció el dirigente.
El director del equipo, Flavio Briatore, no rehuyó el encargo. "Hago mío el desafío", respondió el italiano, aunque reiteró que "la Fórmula 1 es también un deporte, y podemos ganar y podemos perder".
Las armas para conseguirlo son un bólido completamente nuevo, el R25, un piloto nuevo, el italiano Fisichella, y sobre uno que ya lleva tres años y que concita todas las esperanzas del equipo: el español Alonso.
Alonso es ahora sí el llamado a liderar el asalto al trono del alemán Michael Schumacher. "Mi objetivo es mejorar el año pasado, y eso significa terminar entre los tres primeros en el Mundial de pilotos y ser al menos segundos en el de constructores. Es difícil, pero trabajamos para ello".
Alonso llevará el número cinco en su monoplaza, que aseguró que espera sea "mágico". "Estamos en 2005 y yo llevo el cinco, pero confío en que eso no suponga que termine quinto en el Mundial", bromeó. Lo que sí representa el dorsal, frente al 6 de Fisichella, es que él es ahora el número uno "oficioso" del equipo: "Renault nunca tiene un número uno y un dos, pero es cierto que esta pretemporada el equipo me está tratando un poco mejor".
El año es aún más crucial para el español, porque al final de la actual temporada concluye su contrato con Renault. "Ya hubo contactos", confirmó Alonso, que sin embargo adelantó que la negociación se promete dura. "Todos los contratos se acaban, y se renuevan o no. Sabemos que Renault quiere renovar a sus personas claves hasta 2007 y 2008, pero más no hay".
El nuevo R25 parece estar por el momento al nivel requerido. Alonso ya rodó con él la pasada semana en Valencia 86 vueltas, y las sensaciones son muy positivas.
"Es más fácil de conducir que el del año pasado", analiza el español, al tiempo que revela que el nuevo motor, denominado RS25, "tiene cinco o diez caballos más de potencia que el del año pasado".
Es cierto que el punto de partida, el motor de 2004, era inferior a sus rivales, pero el logro es lograr que el propulsor aguante dos fines de semana de grandes premios, lo que en la mayoría de equipos está suponiendo una pérdida inicial de potencia.
Las cifras son, como siempre, secretas, pero las pistas que dio Alonso indican una potencia en el entorno de los 870 caballos. "No creo que lleguemos este año a los 900 caballos, pero con algunas mejoras podemos acercarnos", afirmó.
Todos los datos expanden el optimismo entre el equipo. "Creo que estamos un poco por delante de los demás", afirma entusiasmado el habitualmente prudente Alonso.
Como siempre, la referencia serán Ferrari y Schumacher, que empezarán la temporada con una evolución del bólido del año pasado, algo que para Alonso abre las posibilidad de desafíar el poder "rojo": "Siguen siendo favoritos, pero usar el F2004 híbrido les penalizará un poco, porque los cambios en las normas obligan a muchas modificaciones estructurales en los coches que ellos no tendrán hasta que no estrenen el nuevo".
Con tantas prespectivas positivas y las exigencias de Renault pendiendo sobre su cabeza, Alonso asegurá que sigue sin sentir presión. "Sí hay más motivación, porque el equipo quiere dar el salto de una vez por todas y acercarse a los grandes de verdad".
Pero para evitar que las pasiones se desborden, también lanza un mensaje de calma: "Vamos a intentar hacerlo lo mejor posible, y para pensar en el campeonato ya habrá tiempo en las últimas carreras".