DÜSSELDORF.- Alemania sigue sin poder ganarle a una selección importante y hoy, a pesar de haber hecho un buen partido, terminó empatando 2-2 un vibrante amistoso con Argentina jugado en Düsseldorf, ante más de 50.000 espectadores.
El conjunto alemán, dirigido por Juergen Klinsmann, fue el dueño de la inspiración dominando el encuentro, pero Argentina lo resolvió con solidez y trabajo. Hace cinco años, desde un triunfo sobre Inglaterra, que Alemania no le gana a una selección grande. Argentina, por su parte, sigue invicta en el quinto partido bajo la conducción de José Pekerman.
Alemania encaró el partido con muchas ganas de jugar, reflejando el entusiasmo y la diversión que el director técnico Juergen Klinsmann quiere imprimirle a los jugadores desde que asumió la conducción del equipo hace seis meses.
Argentina, en cambio, pareció despertar tarde y, sorprendido por la desenvoltura germana, tuvo que recurrir a las mañas para no ser atropelllado. Pero una de ellas, un "abrazo" del central Nicolás Burdisso a Kevin Kuranyi en el área, fue castigada por el árbitro italiano Stefano Farina. El gol para el 1-0 lo marcó Torsten Frings.
El enganche argentino, Juan Román Riquelme, había tenido hasta ese momento muy pocas oportunidades de habilitar a las dos puntas con las que jugó hoy el equipo dirigido por Pekerman, Javier Saviola y Hernán Crespo.
Sin embargo, a los 40 minutos, tras uno de los contados desbordes argentinos, llegó el empate, que estuvo precedido por una dudosa decisión del árbitro. Farina cobró falta de Paul Freier sobre Juan Pablo Sorín, y el penal fue convertido por Hernán Crespo.
Apenas cuatro minutos después, Burdisso perdió un balón, dando paso a una de las más bonitas combinaciones de los locales, entre Bastian Schweinsteiger y Kevin Kuranyi, que terminó el delantero de origen panameño-brasileño poniendo el 2-1.
Pekerman reaccionó en el entretiempo y colocó con Esteban Cambiasso y Maximiliano Rodríguez a dos jugadores con mayor ambición ofensiva. Sin embargo, la inspiración siguió estando del lado alemán, con un inspirado Frings y la peligrosidad de Kuranyi.
Por el lado del campeón olímpico, apenas se salvaron algunas jugadas individuales de Saviola, con un Riquelme siguió opaco, pero la defensa en torno a la solidez de Javier Zanetti y ahora Gabriel Heinze de central se mostró más segura.
A los 80 llegó el momento estelar de Crespo, cuando con una soberbia emboquillada sorprendió al portero Jens Lehmann, sellando el empate final. Crespo aumentó su cuota goleadora internacional a 25 goles en 47 partidos.
