MARINA DI GROSSETO.- El australiano Robbie McEwen, del equipo belga Davitamon Lotto, fue el más astuto en el tramo final de la sexta etapa del Giro de Italia, al anotarse la segunda etapa en su cuenta particular en esta edición y séptima en su diferentes participaciones, ya que evitó las numerosas caídas que se produjeron en el circuito final de Marina de Grosseto donde estaba la meta.
Numerosas caídas cortaron una y otra vez la preparación del sprint, pero destacó la registrada en la última vuelta, a falta de unos cuatro kilómetros para el final, cuando la totalidad de los componentes del Fassa Bortolo iba al frente preparando la llegada para Petacchi y se fueron al prado al tomar mal una curva.
Ese accidente abría las puertas de par en par a McEwen, pues fue uno de los pocos esprinters natos que lograba esquivarlo y, aunque en el último kilómetro algún que otro corredor busco la victoria desde lejos, McEwen hizo valer su fuerza para apuntarse la victoria.
Los 153 kilómetros de viaje entre Viterbo y Marina de Grosseto fueron recorridos por McEwen en 3 horas, 37 minutos y 17 segundos. Tras el australiano entraron el estonio Jan Kirsipuu y el ucraniano Volodymyr Bileka, que dieron tiempo a un primer grupo en el que no estaba Petacchi.
Ahora la general vuelve a sufrir cambio de líder y el italiano Paolo Bettini, gracias a las bonificaciones del intergiro, recupera la camiseta de líder; mientras que su compatriota y líder en la salida, Danilo Di Luca, es segundo a tres segundos, mientras que el tercer puesto es para Mazzanti a 28. Cioni está a 31 y Cunego a 33.
La etapa, aunque tuvo un comienzo fulgurante, con numerosos intentos de escapada nada más darse el banderazo de salida, pronto se recuperó la calma en un pelotón que se quejaba en la salida de las dos neutralizaciones seguidas del día anterior.
Algún que otro intento después de unos kilómetros de calma, pero en esta ocasión los equipos de los
sprinters no querían sorpresas y no dudaron en asumir la responsabilidad de la carrera, especialmente el Fassa Bortolo de Petacchi.
Lo más destacado en la primera parte de la carrera fue el tirón que dio el combativo Paolo Bettini cuando divisó la pancarta del Intergiro. Un latigazo que no encontró respuesta y se llevaba los seis segundos de bonificación y pasaba a ser el líder virtual de la carrera.
A partir de ahí unos kilómetros de tranquilidad, hasta que hacia el 70, el español Juan José Cobo (Saunier Duval) se cansaba de esa parsimonia y decidía buscar la meta en solitario, algo que no consiguió, a pesar de que en algunos momentos contó con la colaboración del francés Marichal, el holandés Veneberg y el suizo Urweider que lograron alcanzarlo poco después del aprovisionamiento, en el kilómetro 114.
El pelotón con los
sprinters al frente no quería sorpresas y la fuga la tenía perfectamente controlada, a pesar de que alguna que otra caída, entre ellas la del español Rubén Lobato, sin consecuencias y una "montonera" que se producía en el primer paso por meta.
Las tres vueltas que tenían que dar al circuito de media docena de kilómetros no decidieron nada. Muchos intentos de fuga, pero sin éxito, aunque esos escarceos hicieron que el ritmo fuera de vértigo y los lanzadores de Petacchi, McEwen, Zabel, Cooke y compañía tuvieran que comenzar a trabajar antes de tiempo.
En la penúltima vuelta, curiosamente, el Fassa Bortolo dejó la responsabilidad al Francaise des Jeux del australiano Baden Cooke, que quería sacarse la espina de lo sucedido en la cuarta etapa, en la que dio con sus huesos por los suelos cuando disputaba el triunfo con Bettini, que sería descalificado por maniobra irregular que provoco la caída del australiano.
Fue una especie de espejismo, pues aunque el relevo de los franceses lo tomaron los alemanes del T-Mobile, pero la locomotora alemana se puso en funcionamiento, aunque una nueva caída a falta de unos cuatro kilómetros para el final la freno, pues Velo, Tosatto, Ongarato y Bruseghin lanzadores de Petacchi daban con sus huesos por el suelo cuando iban en cabeza.
El gran beneficiado de todo lo sucedido fue el australiano Robbie McEwen, que logró salvar la montonera para imponer su potente pedalada, a pesar de que varios corredores, entre ellos Kirsipuu intentaron la victoria desde muy lejos.
Este sábado se disputará la séptima etapa, entre Grosseto y Pistoia, de 211 kilómetros de recorrido y los altos de San Baronto (2a.) y Sammomé (1a.) y cuya cúspide se encuentra tan sólo siete kilómetros para la línea de meta. Son seis kilómetros de subida, con una pendiente media del 8% y una máxima de 15% en algunos tramos.
Clasificación de la etapa:
1. Robbie McEwen (AUS) Lotto -- 3h.37.17
2. Jaan Kirsipuu (EST) Crédit Agricole -- m.t.
3. Volodymyr Bileka (UCR) Discovery -- m.t.
4. Isaac Galvez (ESP) Illes Balears -- m.t.
5. Henk Vogels (AUS) Lotto -- m.t.
Clasificación general:
1. Paolo Bettini (ITA) Quick-Step -- 29h.58.09
2. Danilo Di Luca (ITA) Liquigas -- a 0.03
3. Luca Mazzanti (ITA) Panaria -- a 0.31
4. Dario David Cioni (ITA) Liquigas -- a 0.34
5. Damiano Cunego (ITA) Lampre -- a 0.36
6. Stefano Garzelli (ITA) Liquigas -- a 0.42
7. Mauricio Alberto Ardila (COL) Lotto -- a 0.43
8. Michele Scarponi (ITA) Liberty -- a 0.47
9. Mirko Celestino (ITA) Domina Vacanze -- a 0.52
10. Gilberto Simoni (ITA) Lampre -- m.t.
