VILLARREAL/MADRID.- El Villarreal es uno de los equipos de moda en toda Europa y la gran revelación en el fútbol español, donde conquistó la tercera plaza de la Liga gracias a un juego vistoso, siguiendo un "modelo sudamericano" que acabó convenciendo a los más escépticos.
Hoy la prensa se rinde al modesto equipo de la provincia de Castellón, en el este de España, representante de una ciudad de poco más de 40.000 habitantes, capaz de colarse entre los mejores tras dejar atrás a presupuestos que le triplican, como los del Valencia, el Deportivo de La Coruña o el Atlético de Madrid.
"Grandioso", "glorioso" o "único" son algunos de los calificativos que los periódicos regalan al equipo del chileno Manuel Pellegrini, que logró meter en la elite a un club que hace sólo ocho años deambulaba por la segunda división. Ahora, le espera la Liga de Campeones.
Un estilo importado
Pellegrini trajo a España un modelo de fútbol que siempre generó dudas y sospechas. Es el "modelo sudamericano", un nombre que en Europa se atribuyó a esa propuesta de fútbol elaborado, pausado, basado en el pase, en la posesión mayoritaria de balón y en buscarle sitio a los futbolistas de mayor talento, sacrificando incluso el equilibrio. "Eso no sirve en Europa", se argumentó.
Pero el Villarreal triunfó con esta propuesta lírica, que giró en torno a una cantera potente, a un espíritu ganador y a la compra de futbolistas sudamericanos baratos. Y nadie brilló más que el argentino Juan Román Riquelme, el gran motor del equipo, y el uruguayo Diego Forlán, el máximo goleador del campeonato, con 25 tantos.
El equipo de Pellegrini demostró que se puede ganar jugando bien. Fue el tercer mejor goleador, con 69 goles en 38 partidos, por detrás únicamente del Barcelona y del Real Madrid. Además, mostró una gran solidez defensiva y fue el cuarto equipo con menos goles encajados.
"Hemos vivido un gran año. Ha sido espectacular en todos los sentidos, no sólo por la clasificación, sino por cómo lo hemos conseguido, con uno de los mejores juegos del campeonato y marcando muchos goles", resumió el preparador chileno tras ducharse en champán para celebrar el éxito.
Pellegrini fue la gran apuesta del Villarreal, que lo fichó en abril de 2004 para comenzar la nueva temporada. Ingeniero de profesión, en el fútbol siempre le gustaron más los versos que las matemáticas, algo que ya se pudo comprobar en San Lorenzo y en River Plate, sus destinos argentinos antes de aterrizar en España.
El Villarreal fue un oasis dentro de una Liga donde, salvo excepciones, se asistió a un fútbol mediocre y muy físico, donde el Barcelona y el Real Madrid dominaron abrumadoramente desde el comienzo, abriendo un abismo a partir de sus millonarias plantillas.
La apuesta sudamericana del Villarreal se consolidó con los fichajes baratos de jugadores tan rentables como Rodolfo Arruabarrena, Gonzalo Rodríguez, Juan Pablo Sorín, Marcos Senna o Forlán. Además, el club consiguió la cesión de Riquelme, que firmó su mejor temporada en España, al nivel que le consagró en Boca Juniors.
El futuro amarillo
Precisamente, el primer problema de este Villarreal triunfal se presenta con Riquelme, pues finaliza su contrato de cesión y debe regresar al Barcelona, el club que le trajo a España y que quiere venderlo para conseguir dinero que financie otros fichajes. Pero el Villarreal lo intentará todo para quedárselo.
"Debemos celebrar el éxito lo justo porque ahora tenemos que prepararnos bien para la próxima temporada, pues disputaremos tres competiciones durísimas y ya hay experiencias de equipos modestos que se hundieron tras conquistar la gloria", afirmó Fernando Roig, el presidente del club, durante los festejos tras el final de una temporada histórica para el "submarino amarillo".
Toda la provincia se echó hoy a la calle para celebrar el triunfo con sus ídolos. La plantilla visitó la iglesia de la Mare de Déu de Gracia, la basílica de Sant Pasqual y terminó su recorrido en la Diputación de Castellón, donde miles de hinchas gritaron: "¡A por Europa, a por Europa!".