
MADRID/SALLENCHES.- La prestigiosa clásica francesa Dauphine Libéré, que tuvo como inesperado ganador al español Iñigo Landaluze (Euskaltel Euskadi), sirvió para demostrar, un año más, que el estadounidense Lance Armstrong, ganador de las seis últimas ediciones del Tour, se encuentra en forma para reverdecer laureles.
Armstrong se quedó a tan sólo un peldaño del podio final, algo que no le preocupa a su director, el belga Johan Bruyneel, y tampoco a él, pues ambos coincidieron en señalar, al hacer balance de lo sucedido en la carrera, que había sido positivo.
Razón no les falta pues en la jornada reina, la de alta montaña con final en el Mont Ventoux, en la que se impuso el kazajo Alexandre Vinokourov, estuvo con los mejores y en la crono larga, de 47 kilómetros, en la que se impuso el colombiano Santiago Botero, marco el tercer mejor registro.
La Dauphine, en la que Armstrong ha inscrito su nombre en dos ediciones, en los años 2002 y 2003, terminó en cuarta posición en esta ocasión haciendo lo justo en el considerado test final para los aspirantes al podio del Tour.
Armstrong tiene un cariño especial por esta carrera, de la que dice que es su espejo ante su gran objetivo del año: el Tour. Se mira en él y lo cierto es que nunca le ha engañado.
El ciclista tejano sigue los pasos del español Miguel Indurain, ganador también en dos ocasiones, en las ediciones de 1995 y 1996, ya que también le gustaba probarse y tampoco solía forzar para luego explotar en la prueba reina del ciclismo: el Tour, carrera que ganó en cinco ocasiones.
La Dauphine, a pesar de que Armstrong no ha ganado, ha servido para demostrar que su momento de forma no es inferior al de otros años y por ello que vuelve a ser el principal favorito para el Tour 2005, del 2 al 24 de julio.
Pero este Tour, tras lo sucedido en las últimas carreras, se presenta más emocionante que en otras ocasiones porque varios de sus principales rivales tampoco lo están haciendo nada mal, como es el caso del colombiano Santiago Botero, ganador de un par de etapas en la Dauphine y segundo en la general o el alemán Jan Ullrich, ganador del Tour en 1997 y que estrenó su palmarés de la presente campaña en la crono de la Vuelta a Suiza.
Lo cierto es que tras lo sucedido en las últimas carreras parece que va a ser un duelo entre los equipos Discovery y el T-Mobile. Los primeros están en racha, pues el ucraniano Yaroslav Popovich se llevaba no hace mucho al zurrón la Volta a Cataluña y el italiano Paolo Savoldelli el Giro de Italia en su carrera.
En la escuadra alemana tanto el colombiano Botero y Ullrich les han mandado un aviso con sus últimos triunfos. Un pulso del que se pueden aprovechar otros corredores como puede ser el caso del español Joseba Beloki, dos veces tercero en la carrera gala y en una segundo.
"Su gran objetivo es el Tour"
El belga Johan Bruyneel, principal responsable deportivo del equipo estadounidense Discovery que lidera Armstrong, se mostró satisfecho del comportamiento de su corredor.
"Armstrong está donde tiene que estar en estos momentos previos al Tour", dijo el técnico belga tras la prueba gala. "Es una carrera que suele utilizar para preparar su objetivo y que ha ganado en un par de ocasiones".
Bruyneel comentó que "en la presente edición de la Dauphine no ha ganado, pero ha estado en un sensacional nivel. No ha forzado. Era su primer contacto serio con la alta montaña, especialmente en la etapa con llegada en el monte "Pelado" de Mont Ventoux y su primer encuentro con las grandes cronometradas. En ambas etapas estuvo con los mejores".
Armstrong realizará ahora junto a varios compañeros de su equipo para el Tour una concentración en los Alpes franceses para inspeccionar algunas etapas. Entre esos ciclistas van a estar los españoles José Luis Rubiera y Manuel Beltrán y el portugués José Azevedo.