NUREMBERG.- Con un inspirado Adriano, que aprovechó con máxima efectividad las pocas oportunidades que tuvo, Brasil se impuso por 3-2 a Alemania y se clasificó a la final de la Copa Confederaciones.
Adriano convirtió dos goles y preparó el tercero, al provocar un penal que Ronaldinho se encargó de concretar. Los alemanes, que le complicaron el partido al pentacampeón mundial durante gran parte del partido, jugado ante 42.000 espectadores en el Frankenstadion de Núremberg, tuvo a sus goleadores en Lukas Podolski y Michael Ballack, de penal.
El partido tuvo más momentos de emoción que de brillantez, con dos equipos a los que se les notaba el respeto recíproco que les marca la historia y al mismo tiempo, la responsabilidad de hacer un buen juego.
Los "cuatro fantásticos" en la ofensiva brasileña -Kaká, Ronaldinho, Robinho y Adriano- se vieron presionados desde el comienzo mismo del partido con el planteo táctico de agresividad que había anunciado el entrenador alemán, Juergen Klinsmann, con dos o tres jugadores sobre el brasileño que tenía el balón.
En los primeros veinte minutos, Brasil se vio obligado a replegarse ante la presión alemana, sobre todo por la banda izquierda a través de Bernd Schneider, y por derecha con Sebastian Deisler, mientras que Ze Roberto y Emerson se las arreglaban para frenar al capitán alemán, Michael Ballack.
La emoción vino con los goles y el primero fue un zurdazo impecable de Adriano, a los 21 minutos. El delantero del Inter colocó un tiro libre desde 32 metros, como queriendo dejar por sentado quién es el campeón del mundo y exigiendo el respeto que se le debe.
Pero los alemanes no se lo creyeron y contestaron de inmediato. Apenas sesenta segundos después, el arquero brasileño Dida tuvo que esforzarse para mandar al córner un zapatazo desde muy lejos de Fabian Ernst. El tiro de esquina lo ejecutó Deisler y Podolski, el joven talento alemán, puso la cabeza. Era el 1-1, a los 23'.
Los dos no se sacaron ventajas, Alemania armando de a poquito sus ataques, sin esconderse, buscando determinar el ritmo de juego y Brasil reaccionando, tratando de sacarse de encima la molesta marca de los rivales y mandando pelotazos a la carrera de Robinho, en constante duelo contra Robert Huth, el central alemán.
Pero fue nuevamente Adriano el que abrió el camino para el segundo gol del quíntuple campeón mundial. Dentro del área penal fue empujado levemente por Huth y el árbitro chileno Carlos Chandía aplicó las puntillosas directivas de la FIFA y decretó penal. Se encargó Ronaldinho y a los 42 minutos puso el 2-1 con un martillazo a la derecha de Jens Lehmann.
Pero la tranquilidad que buscaba Brasil no perduró. Alemania contestó de la misma manera, de penal, con Michael Ballack, muy seguro. Fue en el tercer minuto del descuento del primer tiempo, cuando el chileno Chandía decretó penal que a muchos les costó ver, una supuesta falta de Emerson sobre el propio Ballack, que generó muchas protestas de los jugadores dirigidos por Carlos Alberto Parreira.
El segundo tiempo no trajo mucha variación en lo táctico, cada uno aplicando su receta, pero Alemania más suelto y con mayor ambición, sobre todo por un Ballack mas inspirado. Pero no les sirvió porque a los 76 minutos volvió a aparecer la genialidad y eficacia de Adriano.
Volvió a ganarle un duelo personal a Huth, el central suplente del Chelsea, y con su zurda que no perdona, volvió a derrotar a Lehmann, asegurando el triunfo.
Para Franz Beckenbauer, el "partido fue extraordinario, con dos equipos que apostaban al error del otro y al final, el error decisivo lo hizo Alemania".
A partir de ese tercer gol, Alemania pareció reconocer que era una quimera querer imponerse al campeón mundial, siguió intentanto, pero se notó que habían bajado los brazos.
Brasil, con esfuerzo, volvió a demostrar su jerarquía y ahora esperará al rival del miércoles cuando en la final en Fráncfort se tope con México o con Argentina.
