FRANKFURT.- El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el presidente del Comité Organizador del Mundial de 2006, Franz Beckenbauer, defendieron la nueva interpretación de la ley del fuera de juego que exige que éste sólo se sanciones cuando el jugador en posición ilegal toque la pelota.
Blatter reaccionó a las críticas que han surgido diciendo que es necesario que el público y los medios se acostumbren a la modificación introducida por el International Board pero sostuvo que cuando los esquemas tácticos se adapten a ella, habrá un fútbol más ofensivo.
"Hay que acostumbrarse. El público y los medios fueron lanzados al agua sin dejarles medir la temperatura. Pero cuando la táctica se adapte a la regla, vamos a tener un juego mucho más ofensivo", dijo Blatter.
Beckenbauer, por su parte, dijo que "en general" la precisión del International Board le parecía bien pero advirtió que hay casos extremos que se podrían evitar.
"Pongamos por ejemplo que un jugador que está en fuera de juego recibe un pase de profundidad y todos los otros jugadores se quedan quietos y sólo él y el juez de línea siguen corriendo hasta que el último, después de cuarenta metros, puede levantar la bandera cuando el delantero toca la pelota", dijo Beckenbauer.
La nueva regla ha generado irritaciones durante la Copa de Confederaciones pues muchos fuera de juegos son sancionados ahora con claro retraso con respecto al momento en que se produce el pase.
Beckenbauer considera que con la aclaración de que el fuera de juego se produce sólo si el jugador adelantado toca la pelota se simplifica la regla pues ya no existirán los interminables debates sobre el fuera de juego pasivo.
Sin embargo, entre seleccionadores y jugadores parece haber resistencia.
El seleccionador brasileño Carlos Alberto Parreira cree que la modificación debe revisarse y el centrocampista alemán Torsten Frings la ha calificado de "absoluta estupidez".
