TOURS, Francia.- El Tour de Francia afronta este martes el segundo gran test, una contrarreloj por equipos de 67 kilómetros de Tours a Blois, una especialidad diferente que apenas se ve a lo largo de la temporada y que exige armonía, táctica y coordinación para desarrollarla con éxito.
El equipo de Lance Armstrong, Discovery Channel, parte como favorito número uno según los expertos, porque alrededor del hexacampeón del Tour y bajo la batuta del director, Johan Bruyneel, combina a la perfección todos esos elementos.
El colombiano Santiago Botero, líder del Phonak, uno de los equipos llamados a disputar la crono al equipo estadounidense, asegura estar muy motivado.
"Estoy motivado, con muchas ganas", dijo a DPA. "Seis de los nueve corredores del equipo somos especialistas en la contrarreloj. Con esto conseguimos tener un equipo bastante homogéneo y esto es lo que más cuenta en una contrarreloj por equipos".
"Nuestro objetivo es quitar bastante tiempo a los escaladores", definió sus objetivos.
Para el director de Phonak, Juan Fernández, se trata de una etapa "importante, clave para no fallar y hacer uno de los mejores tiempos". "Nuestro objetivo es ganar. Hemos hecho grandes cronos durante esta temporada demostrando que mañana podemos conseguir la victoria", señaló a DPA.
Sobre los favoritos, Fernández, comentó convencido: Discovery es el equipo favorito, el que tiene mayor potencial del Tour. Hay que recordar que en la primera etapa contrarreloj, ocho de los nueve corredores entraron en los 35 primeros".
Manolo Sáiz, director del Liberty Seguros, es uno de los grandes expertos en la especialidad. Su ex equipo, ONCE, era una referencia mundial en este tipo de pruebas, y Sáiz da los secretos.
"Esta prueba se basa en la homogeneidad y en la interpretación táctica de la contrarreloj. Por ello esperemos tener un equipo suficientemente homogéneo para hacer bien la contrarreloj", dijo.
Los equipos saldrán en orden inverso a la clasificación por escuadras en intervalos de cinco minutos y se mantiene la normativa establecida el año pasado en cuanto a la limitación de tiempos perdidos, de tal manera que el último equipo podrá perder como mucho tres minutos y el primero sólo podrá sacar como mucho veinte segundos al segundo clasificado.
Ante esta normativa Manolo Sáiz afirmó crítico: "La contrarreloj no tiene la misma interpretación de antes porque qué más me da a mi sacar dos minutos al segundo si en realidad va a ser medio minuto. El ciclismo es natural. No entiendo porque alguien tiene que ser sancionado. En todo caso, debería ser primado".
"Se trata de una crono larga y muy difícil técnicamente. Esperemos estar lo más adelante posible", deseó pensando en sus líderes Joseba Beloki, Roberto Heras e Igor González de Galdeano, el primer español en la general.
La última vez que las ciudades de Tour y Blois se unieron para formar parte de una etapa del Tour fue en 1992 y se trataba de una contrarreloj individual que ganó Miguel Induráin logrando la segunda media más alta en la historia de las contrarreloj del Tour, hoy la cuarta, de 53,349 kms/h.
Guiaba en coche a Induráin Eusebio Unzúe, director del Illes Balears, quien no oculta su nostalgia y afirma: "A ver si mañana el recuerdo nos trae buena suerte y podemos estar con los mejores".
A Unzúe le encanta la disciplina: "Me gusta la especialidad porque aporta una dimensión diferente a lo que es una etapa normal, aunque el riesgo que tiene para nosotros es muy grande, porque todo se debe hacer a 195 pulsaciones y entraña mucho peligro para el corredor".
Respecto al sistema de limitación de diferencias, Unzúe es comprensivo: "Me parece razonable porque garantiza la posibilidad de compensar una desgracia o un pequeño desastre en el equipo con lo que te evita perder muchos minutos como a veces pasaba antes. Sabes que si no vas a tener un buen día, no vas a perder más de tres minutos".
