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De Gavardo: "Dejaré las motos por los autos"

El raidista chileno planea abandonar su categoría, la de dos ruedas, en algunos años más. Antes planeaba manejar un Kamaz en las carreras de camiones, pero cambió: seguirá en el rally pero en los vehículos de cuatro ruedas.

31 de Agosto de 2005 | 12:00 | Arturo León Díaz, El Mercurio en Internet

SANTIAGO.- "Correré hasta los 40". Eso dice De Gavardo.

No quiere hacerlo hasta los 47, como su "padre motorista", su mentor, el italiano Fabrizio Meoni, quien murió a principios de año en el Dakar. Tampoco quiere que la moto lo deje a él. "Puede pasar algo que me impida físicamente continuar: una caída, una pérdida familiar, algo muy fuerte que me haga dejar de correr en moto, pero a los 40 -tiene 36- es una fecha razonable para dejar de correr", agrega.

La hora del almuerzo ha avanzado rapidísimo. Su plato de lomo con verduras ya es cosa del pasado. También la Coca Light, ahora su boca devora una macedonia y el café chico está ahí, a la espera que lo sorban. También el plato con la cuenta, "pero eso es cosa de mis auspiciadores", dice lanzando una risa.

De Gavardo cuenta que le costó entre 25 y 30 millones de pesos ir a su primer Dakar. Los sacó de su bolsillo y se endeudó. Fue en 1996 y terminó 17° entre 200 competidores. "Ahí me di cuenta que tenía facilidades para esto", dice.

Ya había tomado la decisión de dejar el enduro tras 14 años compitiendo en esa categoría y también la actividad agrícola que realizaba como dueño-peón en su campo de Paine. La moto era lo suyo: "No estoy arrepentido de la vida que he hecho. Si me lo planteara de nuevo, hubiera sido motociclista igual. Pero si me apuran, en vez de las motos habría hecho algo relacionado con el outdoors". No hay forma de "bajar" a De Gavardo.

Atrás quedaron sus estudios en el Craighouse y sus últimos años escolares en el Marshall. "Ahí era el mateo del curso, era tan buena la enseñanza en el Craighouse, que en el Marshall todos me rodeaban en la sala para que les soplara... Pero duró un par de meses, de ahí me contagié y me puse flojo otra vez", contando, de paso, uno de los motivos que lo obligaron a cambiarse de establecimiento.

Sus manos, es más, todo su cuerpo denota el duro camino que ha recorrido, tanto en la tierra como arriba de la moto. Estos últimos 10 ó 12 años de su vida no han sido fáciles. Las lesiones, la decisión de sus jefes para que corriera con una moto de 450 cc., las muertes de Meoni y Richard Sainct, la vida alejada de su esposa e hijos, la separación de su padre... Todo lo ha hecho madurar, pero no dejar su pasión: las motos.

"Creo que soy valorado en Chile... Mira, no me preocupa que me identifiquen o me valoren, es más, no me interesa", tira con firmeza a la mesa de vidrio. Casi se cae la grabadora, pero por casualidad.

"Eso es por mi lado. Pero si a una persona le preocupa o al hijo le interesa, yo no me voy a negar a dar un autógrafo o si me piden ir a una casa de ancianos o de minusválidos... Yo no obligo a nadie a que me considere de tal o cual forma, que sea su ídolo, mi objetivo es correr en moto y no preocuparme de que me miren de tal o cual forma", agrega.

Un salto no a lo hueón

Pero el objetivo durará cuatro años más. De ahí De Gavardo saltará de categoría.

Los ojos no le brillan tanto como cuando habla de las motos, incluso se pone un poco más serio para contar de su futuro, aunque falten más de 48 meses para el cambio. "Al principio iba a ir a las carreras de camiones, tengo conocidos en los equipos rusos e iba a correr en Kamaz... Pero lo estuve pensando y quiero mantener a mis auspiciadores y no llegar, partir y dejarlos botados después de todo el apoyo que me han dado".

No le cuesta seguir hablando, aunque se entretiene con su nuevo celular. Ha quebrado varios en sus entrenamientos y recién está aprendiendo cómo manejar su enésimo Nokia. Entonces mira la pantalla y lanza su bomba: "Cambié de idea y me iré a vehículos en el rally (como el español Joan Roma). Cambiarse de auto a moto es imposible: por estado físico, experiencia, coordinación...".

Y sigue, ahora más embalado: "Porque en la moto hay que hacerlo todo, debemos tener una mentalidad parecida a la de la mujer: hay que ver la moto, mirar para adelante, ir a fondo, viendo el GPS, mirando la hoja de ruta, interpretando lo que dice el kilómetro, la brújula, moviendo los botones de los kilómetros y de la hoja de ruta y con todo eso ver los kilómetros por hora".

Por eso dice que el cambio le será más fácil. "Cuando pasé de enduro a rally me equivoqué porque el andinista que quiere ser alpinista y quiere ir al Everest, antes de eso sube el Pochoco y otras cimas; yo el hueón me fui derecho al Paris-Dakar y gracias a los años que tenía arriba de las motos y con mucha suerte, pude terminar".

Es que a él sólo le importa competir, si se gana, mejor. "Ah, salió cuarto De Gavardo dice el chileno. Pero no cachan que hay que acampar, dormir, que te pueden robar tus pertenencias... Que gane o pierda, llamo todos los días a mi esposa (Pamela Cano) para decirle Negra, estoy bien, quédate tranquila.
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