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NBA: La eterna búsqueda del nuevo Michael Jordan continúa

LeBron James, de Cleveland, y Dwyane Wade, de Miami, son los llamados a trascender en la liga más importante del baloncesto mundial, tal como lo hiciera ya hace 8 años el legendario 23 de Chicago.

28 de Octubre de 2005 | 09:40 | DPA

LeBron James, de los Cavs.

Dwayne Wade, del Heat.
WASHINGTON.- Una vez cada cuatro años la antorcha olímpica recorre el mundo antes de llegar a la ciudad donde las nuevas estrellas tomarán el relevo de las anteriores. La NBA ya lleva esperando el doble de tiempo a que alguien asuma el puesto dejado por Michael Jordan, considerado el mejor de todos los tiempos.

Jordan abandonó "en serio" la liga norteamericana de baloncesto en 1998, cuando se retiró de los Chicago Bulls. Posteriormente tuvo un fugaz y olvidable regreso con los Washington Wizards, más para promocionar el equipo del que era accionista que para volver a brillar.

"Air", como siempre fue conocido, dejó un vacío que desde entonces muchas estrellas intentaron llenar sin éxito. Pero ahora por fin parece que, con el ascenso de los jóvenes LeBron James y Dwyane Wade, el trono podría haber encontrado un nuevo ocupante.

Los astros de Cleveland y Miami alcanzaron ya en popularidad a nombres como Kobe Bryant, Tracy McGrady y Allen Iverson. Ambos tienen ya firmados los imprescindibles y lucrativos contratos con empresas de calzado deportivo, pero además ofrecen su imagen para toda una gama de productos desde bebidas refrescantes hasta chicles.

Indudablemente, su talento les abrió ya el camino hacia un brillante futuro en la liga. Pero ¿cuán brillante pueden ser las dos estrellas?

Pelea por el puesto vacante

Bryant fue el que más se acercó a la estela de Jordan. Fue pieza clave en los Lakers que conquistaron tres títulos de campeones, y su sonrisa pobló los anuncios de las televisiones del país. Pero sus problemas con la justicia y las peleas con su compañero Shaquille O'Neal y su entrenador, Phil Jackson, destrozaron su imagen.

Iverson y McGrady lideraron las estadísticas de anotación en varias temporadas, pero la falta de éxito de sus equipos y un perfil más bajo en su atractivo publicitario les impidió pisar las huellas de Jordan.

James, sin embargo, posee ambas cosas. El astro de Cleveland llegó a la liga en 2003 sin pasar por la universidad, y su espectacularidad revitalizó una liga adormecida. De inmediato se convirtió en el líder de los Cavaliers, aunque aún no consiguió llevarlos a los play offs.

En su primer año promedió casi 21 puntos por partido, y en la segunda ya llegó a 27. El tercero debe ser el de su salto: en ese mismo año Jordan promedió 37 puntos, la mejor marca de su carrera.

Pero James tiene una virtud que Jordan tardó aún unos años más en adquirir: ser capaz de controlar el tempo de un partido a su antojo. Desde el primer día, la estrella de Cleveland responde a la perfección en los momentos clave, con triples salvadores, pases milimétricos o una intimidadora canasta colgándose del aro.

Además, tiene el descaro y el arrojo propio de los mejores. Cuando llegó a Cleveland no lo dudó y se puso él mismo en la carrera por suceder a Jordan: eligió el número 23, el mismo que llevó el mítico astro de los Bulls.

Wade, por su parte, tiene una ventaja sobre James. Mientras los Cavaliers son un equipo que empieza a salir del pozo, Miami Heat ya aspira a lo más alto. Con un banquillo lleno de veteranos, Wade fue el líder que llevó al equipo a la final de la Conferencia Este.

Este año Wade debe confirmar e incluso mejorar lo mostrado la pasada temporada. El alero de Miami, como James, está en el buen camino para suceder a Jordan, pero aún le falta dar el último salto de calidad para ser un honroso relevista para la antorcha de Jordan. Sólo el tiempo lo dirá.