SANTIAGO.- Fernando González sigue intratable en Basilea. No hay cómo darle. El chileno (17° del mundo) desplegó toda su potencia, especialmente con un servicio que anduvo a mil por hora, y superó al británico Andrew Murray en tres sets para instalarse en las semifinales del torneo suizo (829 mil euros, alfombra bajo techo).
El santiaguino se impuso por 6-4, 3-6 y 6-1 tras un hora y 26 de minutos de juego, y este sábado enfrentará al eslovaco Dominik Hrbaty (no antes de las 11:00), que venció al belga Kristof Vliegen por 6-7(9), 6-1 y 6-3.
Con 51 tiros ganadores (15 aces) y apenas 17 errores no forzados, González se transformó en una fuerza incontrolable para el joven escocés, 70° del orbe con apenas 18 años y que había dejado en el camino a Tim Henman.
En la primera manga el chileno aprovechó la primera pelota de quiebre que tuvo y cerró la manga en 32 minutos, poniéndole un duro desafío al británico de cara al triunfo. Pero Murray intentó hacer la tarea y tras defender ocho puntos de quiebre en contra, aprovechó uno que se creó para igualar el marcador y estirar el partido hasta una tercera manga.
Mas el británico acusó el cansancio, mientras el chileno echaba a andar otra vez la aplanadora. Otra vez se sucedieron los aces (8 en la manga final) y los
winners (18), para enterrar definitivamente las aspiraciones del europeo.
Dos quiebres y 18 minutos ocupó González para avanzar definitivamente a las semifinales, algo que no ocurría desde julio pasado, cuando se llevó el título en Amersfoort.
Y para llegar a la final en Basilea, González deberá superar a Hrbaty, adelantando de alguna forma el duelo por Copa Davis que en febrero sostendrán Chile y Eslovaquia en alguna cancha de arcilla del país.
Precisamente en tierra batida se jugó el único duelo que ambos han sostenido en el marco de la ATP (Roma 2004), que se definió con una victoria de González por un doble 6-4.
Esta vez el piso es duro (taraflex) y en éste Hrbaty es complicado, pero no invencible, más si está en juego una final ante el argentino David Nalbandian o el chipriota Marcos Baghdatis. Que así sea.
