MADRID.- Son tiempos duros para la lírica en el Real Madrid y hoy la hinchada blanca responsabiliza al "clan brasileño" de buena parte de los males del equipo, mientras Ronaldo vuelve a acusar a la afición de dar la espalda a los jugadores.
El Real Madrid volvió a escribir el domingo un nuevo capítulo de su crisis tras su empate a uno ante un Osasuna que jugó con 10 futbolistas durante 75 minutos. El estadio Santiago Bernabéu hizo patente su enojo con múltiples abucheos, dirigidos en su mayoría a Ronaldo, Roberto Carlos, Robinho y Julio Baptista.
Lo que comenzó como una ilusionante "brasileñización" al comienzo de la temporada va camino de convertirse en ruptura traumática. La primera víctima fue el técnico Vanderlei Luxemburgo, despedido hace dos semanas, y ahora irrumpen rumores que hablan de inminentes marchas de algunos de sus compatriotas, con Ronaldo y Roberto Carlos a la cabeza.
Las pésimas relaciones de ambos con la grada alimentarían esas marchas, que podrían servir para avanzar en la contratación del también brasileño Adriano, del Inter de Milán, el jugador favorito del presidente, Florentino Pérez.
La ruptura de Ronaldo con su hinchada viene de atrás, pero se agudizó el domingo al manifestar: "La afición estuvo como siempre", reprochando su falta de apoyo al equipo. Ronaldo no está contento y no lo disimula. El caso de Roberto Carlos es similar.
Además, ambos se caracterizaron por defender el trabajo de Luxemburgo desde la pasada temporada y por eso no resulta descabellado pensar que siguen dolidos con su despido.
Robinho y Baptista son nuevos en el equipo, aunque les bastaron tres meses para comprobar el grado de exigencia de la hinchada madridista. Ambos ofrecieron una actuación gris ante el Osasuna y también recibieron los reproches de la grada, algo que asumieron con tanto enfado como resignación.
Sin embargo, otras voces del vestuario asumen los abucheos como algo natural y el ejemplo lo ofreció hoy Sergio Ramos, otro de los nuevos fichajes del Real Madrid que, sin embargo, sí se ha ganado el aprecio de la afición. "Cuando la afición te exige es por algo y si no das todo lo bueno de ti pasan estas cosas", declaró.
Ramos no oculta que el equipo ofrece motivos de ira a la hinchada. "Nosotros sabemos que podemos dar más. Todo depende de nosotros. Si jugáramos bien, la gente no se quejaría. Años atrás, cuando el equipo respondía la gente animaba y ayudaba", añadió.
El Real Madrid cosechó tres derrotas y un empate en los ocho partidos disputados hasta ahora en su estadio, algo a lo que no está acostumbrada su afición. Además, el enfado de los seguidores aumenta al comprobar cómo el equipo está ya a ocho puntos del imponente Barcelona, que ofrece exhibiciones cada semana.
En el entorno del club se habla más de futuro que de presente cuando aún faltan más cinco meses para que termine la temporada. Todo, incluido el entrenador actual, Juan Ramón López Caro, parece provisional.
El Real Madrid cerrará el año el miércoles ante el Racing de Santander, en un partido que volverá a jugar en su propio estadio. Este escenario se está convirtiendo en una inesperada pesadilla para muchos de sus futbolistas, empezando por el "clan brasileño".