MELBOURNE.- La suiza Martina Hingis derrotó hoy a la local Samantha Stosur y se clasificó para los cuartos de final del Abierto de tenis de Australia, el Grand Slam de su regreso a la competición después de tres años de ausencia.
Por un puesto en semifinales llegará el miércoles su primera gran prueba de fuego: la belga Kim Clijsters, segunda jugadora del mundo.
Ante un Rod Laver Arena lleno con 15.000 espectadores, Hingis acabó por 6-1 y 7-6(8) en 1:32 hora con la última jugadora australiana en los cuadros de individuales de su Grand Slam, que levantó tres puntos de partido en el
tie break del segundo set.
"Este es uno de los partidos que más alivio me producen en mi carrera. No pensaba llegar tan lejos. Ya nadie me puede quitar esto", afirmó con una amplia sonrisa la suiza, que sufrió para cerrar el partido. "Sólo la victoria cuenta. Fácil o difícil, la tomo de cualquier manera. Todo lo que cuenta es que estoy entre las ocho mejores".
El primer set fue un paseo para Hingis. Stosur aguantó hasta el 1-1, pero después la suiza fue demasiado fuerte para la australiana. El set duró 23 minutos.
"Jugué muy bien el primer set, creo que fue lo mejor hasta ahora, y espero jugar así contra Kim (Clijsters). Con cada ronda mejoré un poco más".
El segundo fue mucho más complicado. Hingis se adelantó 5-3 y llegó a sacar con 5-4 para adjudicarse el partido, pero la número 98 del ranking se agarró a la cancha y, con el inestimable apoyo del público, forzó el
tie break.
"Con 5-3 y 30-0 pensé
dos puntos más para los cuartos de final. Estaba un poco cansada, perdiendo un poco el ritmo. Fueron todo nervios", confesó.
En la muerte súbita, Stosur se adelantó 5-3, pero Hingis remontó y al cuarto
match point logró derribar a la australiana del alambre en el que se mantenía.
El choque ante Clijsters promete emociones fuertes. Desde su regreso a comienzos de año, la ex número uno mundial sólo disputó dos partidos contra jugadoras que están entre las 20 primeras del ranking, y en ambos casos perdió. En Gold Coast ante la italiana Flavia Pennetta (20° del mundo) y en Sydney frente a la belga Justine Henin-Hardenne (sexta).
"Sydney me enseñó qué tenía que mejorar, y seguí ese camino", aseguró sobre su choque con Henin-Hardenne.
A Clijsters se enfrentó en cinco ocasiones y venció en cuatro, pero todas datan de cuando la suiza estaba en la elite mundial.
"Los tiempos han cambiado desde entonces. Lo que ha cambiado es que ella es la favorita y yo no", afirmó, aunque después recordó que su enfoque del tenis también es distinto.
"Antes tenía que defenderme, yo era la número uno, había mucha presión. Ahora no tengo nada de eso, salgo a disfrutar. Ya no tengo nada que demostrar. Quería probarme a mí misma que podía desafiar a las chicas. Ahora estoy más hambrienta y con más ganas de tener éxito".
Para llegar a cuartos la suiza venció a la rusa Vera Zvonareva (cabeza de serie número 32), a la finlandesa Emma Laine, a la checa Iveta Benesova y a Stosur.
Para vencer a Clijsters asegura tener la receta. "Sé que tiene problemas (físicos), pero los está superando. Ella intenta hacer los puntos lo más cortos posibles. El primer par de golpes va a ser la clave".
Además, deberá defenderse de los ataques de las rivales a su
drive, que ella misma reconoce es su punto débil. "Todas las jugadores lo saben y yo también. Lo pasaba mal (con ese golpe) hace cinco años, hace diez años".
Pero sobre todo, deberá evitar los problemas que tuvo al final ante Stosur. "Todo es concentración. Cerrar los partidos, eso es lo que tengo que trabajar en el futuro", sentenció.
Hasta que llegue el partido, pasará la mayor parte de su tiempo en el hotel para evitar el acoso de los fanáticos, aunque de vez en cuando le gusta darse un baño de multitudes.
"Es emocionante. Caminas y hay gente de todas partes del mundo. Eché de menos que me vean los fans. En Suiza a veces hay vacas mirando".
