RANCAGUA.- Este viernes se hará historia en Rancagua, antes que se juegue siquiera un punto entre los equipos de Chile y Eslovaquia. Con las entradas agotadas para el espectáculo tenístico, ya se asegura que serán unas 12 mil personas las que asistan a la medialuna Monumental, una cifra inédita de pública en la historia de este campeonato en nuestro país.
La gran expectación que ha generado el choque por la primera ronda del Grupo Mundial tiene asidero. El escenario es favorable para las raquetas criollas, pese a que los eslovacos tienen en sus filas a un jugador de primer nivel como Dominik Hrbaty (19º), ya curtido en las lides coperas, y en quien los europeos basan todas sus ilusiones de dar el golpe en la arcilla rancagüina.
Pero antes que el temible Hrbaty, será su compatriota Michal Mertinak (173º) la primera raqueta de los visitantes que verá acción, enfrentando a un Fernando González (15º) que, pese a las molestias en su hombro durante la semana, se da como el jugador que debería ganar todos sus puntos en este enfrentamiento.
Mertinak, un especialista en dobles con bajo ranking en individuales, nunca ha enfrentado a González en el circuito profesional, una inexperiencia que se sumará al fuerte calor que deberá soportar cuando se ejecute el primer servicio a eso de las 16 horas, sobre todo cuando tomando en cuenta que viene llegando de disputar torneos indoor en el frío europeo.
González ya demostró en la última práctica del jueves que sus problemas en el hombro no serán impedimento para mostrar su mejor tenis, aquel que ya lo tuvo metido en semifinales en el ATP de Viña del Mar.
La esperanza de Hans Gildemeister, el capitán del equipo chileno, es que el número uno del país pueda asegurar el primer punto que parece ser el más accesible de todos, lo que le daría mayor confianza a Nicolás Massú (55º) para el segundo encuentro ante Hrbaty, poniéndole además una cuota extra de presión al mejor ranqueado eslovaco.
Massú, que por fin en las prácticas del jueves dejó conforme a Gildemeister por su entrega, tendrá la responsabilidad de escribir un eventual 2-0 que permitiría soñar con amarrar la serie anticipadamente con el dobles del sábado, donde ambos equipos repetirán los mismos jugadores, a no ser de cambios de última hora.
De hecho, el propio Gildemeister no se encontraba del todo seguro sobre la participación de Mertinak como segundo singlista, pese a la confirmación en el sorteo, teniendo en cuenta que hasta una hora antes de los partidos los equipos pueden cambiar a un jugador. Por ahora, y esperando que no hayan cambios estratégicos de última hora, las raquetas están listas para ser empuñadas.
