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González y Massú dan los "tres puntos buenos" para Chile

La dupla dorada consiguió el decisivo 3-0 en el partido de dobles, cerrando anticipadamente la victoria sobre Eslovaquia que pone a Chile por primera vez desde 1982 en los cuartos de final de la Copa Davis.

11 de Febrero de 2006 | 22:28 | Felipe Vásquez, enviado especial a Rancagua


RANCAGUA.- Ya son pocas las cosas que van quedando, porque los sueños se han ido quedando cortos con todo lo que Fernando González y Nicolás Massú han entregado al tenis nacional. Esta noche, con un marco de público imponente, la dupla dorada consiguió el punto clave para clasificar a Chile a los cuartos de final de la Copa Davis, rompiendo con 24 años de espera.

Se desató la fiesta en la medialuna Monumental de Rancagua, porque la historia quedó escrita anticipadamente, en una jornada sabatina que sin duda será recordada por mucho tiempo. El corazón, la garra y la victoria final, la postal que se va repitiendo con las dos mejores raquetas nacionales.

La tarea se anticipaba difícil, pese a la deserción de última hora de Dominik Hrbaty. El especialista Michal Mertinak y la sangre joven de Lukas Lacko prometían poner todo lo suyo para complicar la opción chilena, un esfuerzo que alcanzó a durar exactamente tres horas y 17 minutos, justo el tiempo que necesitaron los chilenos para escribir el 6-2, 7-5, 3-6 y 6-4 que firmó el 3-0 sobre los eslovacos.

Los primeros raquetazos no fueron un claro anticipo de lo que sería el partido. Los chilenos comenzaron con un juego dominante que no sería la tónica, en un partido que más bien se tornó cerrado con el avanzar de los juegos. Massú y González tardaron poco más de media hora en solucionar un primer set sin mayores contratiempos, apostando a los errores de novato que cometía Lacko y al tenis estático que exhibía Mertinak.

La segunda manga comenzó a mostrar el verdadero color que tendría el partido. Los eslovacos se afirmaron en la cancha, se quitaron la presión de los primeros peloteos y ciertamente el juego de Mertinak mejoró en la red. Los europeos consiguieron su primer quiebre en el séptimo juego, pero rápidamente se lo devolvieron a Lacko en el siguiente. Los chilenos tuvieron la chance de finiquitar el set en el reñido décimo juego, pero desperdiciaron cinco chances de hacerlo para postergar la espera hasta el duodécimo, donde finalmente otro quiebre sobre Lacko selló el 7-5.

Cuando los festejos ya estaban armados, el mejor momento de los eslovacos salió a relucir en la tercera manga. Lacko se afirmó con su saque y complementó bien el juego de red de Mertinak, consiguiendo un quiebre en el séptimo juego que luego incluso incrementarían, con otro rompimiento sobre Massú en el 6-3 definitivo. Los chilenos se notaban demasiado apresurados para finiquitar los puntos, quizás con excesiva confianza y ansias por cerrar una serie. Cómo culparlos, se veía la victoria tan cerca.

En la cuarta manga se percibió un notorio cambio de mentalidad en los chilenos. Más concentrados y cometiendo menos errores que en el set anterior, sacaron a la luz los argumentos suficientes para amargar la noche de los eslovacos. Quiebres sucesivos entre el quinto y séptimo juego añadieron una alta cuota de dramatismo, especialmente en este último, un maratónico y espectacular juego, en el que chilenos y eslovacos intercambiaron ventajas como un balancín.

El nuevo quiebre sobre Lacko fue el último impulso que necesitaron las raquetas criollas. Sacando con firmeza, lograron ganar de forma impecable sus respectivos servicios en los juegos finales, para establecer el 6-4 que dio el anhelado triunfo al equipo capitaneado por Hans Gildemeister.

Con los pasajes a cuartos de final ya en el bolsillo, ahora la gran pregunta es qué es lo que se viene por delante, cuando en la primera semana de abril se deba disputar la siguiente fase en la ruta por la preciada Ensaladera. Y de no haber sorpresas, la respuesta será Estados Unidos.