MOSCU.- La rusa Yelena Isinbayeva, que en noviembre pasado dejó a su entrenador de siempre, Evgueni Trofimov, para encomendarse a Vitaly Petrov, el creador de Sergey Bubka, anunció que en los Mundiales en sala de Moscú "se verán los efectos del cambio".
"He trabajado mucho en la técnica de aproximación. Ahora corro más rápido, pero eso se podrá apreciar mejor mañana", afirmó Isinbayeva, que batió 17 récords mundiales con su antiguo entrenador y ya ha conseguido otros dos con Petrov, con quien trabaja en Italia.
Isinbayeva, que compite este viernes para ganarse un puesto en la final del sábado, considera "un gran honor" hacerlo ante sus paisanos en los Mundiales de Moscú, "pero también una gran responsabilidad porque en las gradas habrá, además, mucha gente entendida en salto con pértiga. Necesitaré el apoyo del público", advirtió la plusmarquista mundial.
No se siente presionada, sin embargo. "Quiero ofrecer lo mejor al público, pero no me preguntéis con qué marca se podrá conseguir la victoria. Cualquier marca es buena para ganar", subrayó en la rueda de prensa oficial en vísperas de los campeonatos.
Antes que ella habló el presidente de la IAAF, el senegalés Lamine Diack, para rendir tributo a "la gran contribución histórica de Rusia al atletismo mundial, con sus récords y medallas en grandes competiciones tanto ahora como cuando competía dentro de la URSS".
Durante su breve discurso, cuando compartía el estrado con Isinbayeva y el presidente de la Federación Rusa, Valentin Balakhnichev, se produjo un hecho anecdótico: el telón, dotado de un mecanismo eléctrico, se cerró lenta e inexorablemente sobre los comparecientes, que durante unos minutos quedaron ocultos a los periodistas.
Diack resaltó la lucha de la IAAF contra el dopaje, que se verá reflejada en estos Mundiales en más de cien controles fuera de competición y otros 125 dentro.
