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Y verás como quieren en Chile al amigo cuando es un piloto (de rally)

El Rally Patagonia Atacama dejó Argentina y ya lleva dos días en Chile. La comunidad de Alcones, al norte de Ovalle, salió ayer a la calle y aplaudió a los pilotos que llegaron a encender el barrio.

13 de Marzo de 2006 | 10:23 | Manuel Rojas Díaz, enviado especial a Ovalle

OVALLE.- Domingo 12 marzo de 2006. Las 13:00 horas en Chile. La iglesia evangélica de la comunidad de Alcones, 7 kilómetros al norte de Ovalle, termina su reunión dominical. Don Juan, un lugareño del sector, junto a toda su familia -tres hermanas, una cuñada y 6 niños- salen de la ceremonia religiosa. Al abandonar el lugar miran hacia el frente y se dan cuenta que una gran cantidad de autos y motos invaden la entrada de su barrio. Pasan al almacén "Doña Toña" para preguntar qué pasaba. La dueña del local les comenta: "Creo que vienen unas motos en una competencia de un rally". Los grandes no entienden, pero sí los más pequeños. "Síii, el rally, corre el Chaleco López ahí", exclamó uno de ellos.

Los niños invitaron a sus padres y tías a ver la carrera. Rápido se ubicaron en un pequeño montón de tierra que sobresale, antes de la meta, y se instalan para esperar los competidores.

Pero no sólo llegaron ellos. Fueron más de 100 personas las que se acercaron a saludar a la caravana del Rally Patagonia Atacama 2006, que terminaba la quinta etapa de la carrera.

La gente estaba loca. Preguntaban a cada rato ¿Y a qué hora llegan? Ya vienen, ya vienen, respondían los organizadores. En un momento sienten una moto, todos se paran, estiran sus cuellos, pero rápido se sientan. El sonido era de una moto, pero la de un carabinero de la 3° Comisaría de Ovalle que llegaba junto a otro compañero para resguardar la seguridad de la llegada.

Pronto otro vehículo se sintió aparecer por los cerros que tapaban el entierrado camino del pueblo. Pero otra vez se quedaron con las ganas, era la micro local que pasaba a esa hora para recoger los jugadores del club que se aprontaban para un nuevo encuentro futbolístico. "Ese es el famoso Luchito Vargas", explicó alguien indicando al chofer del bus.

"Ya poh oiga, ¿hasta qué hora vamos a esperar que me dio hambre?", preguntaba Patricia, una de las hermanas de Juan. La mujer aprovechaba de explicar lo importante que era para ellos la visita del rally. "Estas cosas no pasan todos los días acá. Nosotros no estamos acostumbrados a tanta gente, cámaras, es un suceso poh, cómo no vamos a estar acá", comentaba.

No pasaron 5 minutos después del reclamo de Patty, como le decían sus hermanas, cuando aparece Marc Coma. Y por primera vez en lo que va corrido de carrera el español fue recibido como la estrella que es. Todo el público se paró y saludó con un cerrado aplauso al ganador del último Dakar. Los niños corrieron rápidamente con papel y lápiz en mano para tener un autógrafo del europeo.

Por otro lado Patty, la más habladora del grupo, preguntaba "¿Este es el Chaleco corto que le dicen?". "Chaleco López, mamá", le contestó su hijo, mientras todos se burlaban.

Lo más emocionante se vivió 7 minutos más tarde. Desde lo alto se ven dos pilotos, adelante David Casteu ¿Y el de atrás? "Es el Chaleco", gritó alguien despavorido por la tierra.

Con un cerrado aplauso que se escuchó hasta en La Serena, los habitantes del lugar felicitaron y saludaron a la promesa chilena. López les retribuyó el cariño, levantando su rueda delantera y acelerando a fondo para mostrar sus virtudes. El Chaleco ganaba la prueba y sentía el cariño del público.

Pero los aplausos no sólo fueron para el oriundo de Teno, a cada uno de los competidores el pueblo les agradecía por estar ahí. Incluso el brasileño Dimas Mattos debió firmar un autógrafo bajo la polera de una joven del pueblo. Sólo reía...

Los pilotos estaban felices, Chile los recibía como héroes. El público ya había demostrado su cariño en la súper especial en el Movicenter de Santiago, pero lo de ayer fue lo más emotivo de la carrera.

Todo esto, acompañado del rico pan amasado de la señora Toña que encantó a más de un periodista y explicaba que el de ayer había sido el mejor domingo de su local en ventas.

Así, con cariño y aplausos, Alcones demostró que en Chile quieren al amigo cuando es un piloto.