DORTMUND.- Pese al abultado triunfo por 4-1 ante un combinado de Estados Unidos plagado de suplentes, la selección alemana sigue marchando por el borde del precipicio, según la definición utilizada hoy por el capitán Michael Ballack, un día después del triunfo.
"Fue importante haber ganado con un resultado amplio, nos ayuda a recuperar la fe y permitió un reencuentro con los aficionados", señaló Ballack en un análisis del partido contra Estados Unidos del miércoles. El capitán reconoció sin embargo que a pesar del "gran potencial que tiene", el equipo aun dista de "estar estabilizado".
"Seguimos marchando por el borde del precipicio", dijo, advirtiendo que no se puede descartar que el equipo vuelva a sufrir "algunos patinazos", por los altibajos que ofrece en su rendimiento. La explicación de Ballack es que el proyecto de equipo iniciado por el entrenador Jürgen Klinsmann está en pleno proceso de desarrollo: "Empezamos con un entrenador nuevo que sigue tratando de armar un equipo muy joven. Hay quienes indican tal vez con razón que el Mundial le llega al equipo un poco pronto".
Klinsmann, por su parte, aprovechó hoy la tranquilidad que le otorgó al equipo la goleada ante Estados Unidos para desahogarse y se enfrentó a aquellos que lo criticaron duramente en las últimas semanas, después de la penosa derrota por 4-1 ante Italia a principios de marzo.
"Lanzaron una política que va demasiado lejos, que es una falta de respeto, es de una agresividad inusitada e intenta crear determinado ambiente negativo entre los aficionados. Eso no tiene nada que ver con el trabajo que venimos realizando y de esa manera se corroe la preparación del equipo al Mundial", fue el virulento contraataque del entrenador.
Klinsmann aplaudió la actitud del equipo en el campo de juego: "Gracias a Dios tuvo una reacción positiva", dijo el entrenador, aludiendo que en los días pasados "hubo quienes con su pesimismo y su agresividad negativa pusieron en peligro el proyecto de cara al Mundial".
