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Federer consiguió su cuarto título del año en Miami

En la final derrotó en un triple 7-6 al croata Iván Ljubicic y continúa con su dominio en el circuito ATP.

02 de Abril de 2006 | 15:22 | El Mercurio en Internet, DPA

MIAMI. El tenista número 1 del mundo no tiene rivales. Hoy consiguió su cuarto título de la temporada tras vencer en tres apretados sets al croata Iván Ljubicic con un triple 7-6 en la final del Master Series de Miami.


El suizo se impuso por 7-6 (7-4), 7-6 (7-5) y 7-6 (8-6) en dos horas y 56 minutos y ganó así por primera vez en su carrera una final con tres tie breaks consecutivos.

"Estoy muy contento por mi juego hoy. Creo que saqué muy bien, mucho mejor que en Indian Wells. Ganar los dos torneos durante dos años consecutivamente es increíble, nunca pensé que lo lograría", dijo Federer instantes después del triunfo.

Federer extiende así su claro dominio en el tenis. Tras un 2005 en el que conquistó 11 títulos y terminó como cómodo número uno, suma ya cuatro torneos en sólo tres meses de 2006, y tres de esos cuatro son los más importantes disputados hasta ahora: Australia, Indian Wells y Miami.

"Cuando llegué a Indian Wells para defender el título pensé que estas semanas iban a ser duras. Pero seguí ganando. Realmente tuve un gran comienzo este año, con un Grand Slam y dos Masters Series ganados", señaló Federer, que tuvo palabras de elogio para su rival.

"Quiero felicitar a Iván, que hizo un gran trabajo esta semana y estuvo tan cerca hoy". Ljubicic, de 27 años, será desde mañana el número cinco del mundo.

El mejor tenista del planeta obtuvo así su décimo éxito en 13 enfrentamientos con Ljubicic. Fue su triunfo consecutivo número 47 en Estados Unidos, donde no pierde desde que el eslovaco Dominik Hrbaty lo derrotara en la primera ronda de Cincinnati en agosto de 2004.

El suizo, además del cheque de 533.350 dólares, tuvo la satisfacción de haber ganado una nueva final: lleva once consecutivas disputadas, y sólo el argentino David Nalbandian en Shanghai y el español Rafael Nadal en Dubai pudieron batirlo en un encuentro decisivo.

Victoria con calor

En el primer día de fuerte calor que hubo en el torneo, Federer y Ljubicic parecieron afectados por la temperatura. Pese a lo que pueda sugerir lo ajustado del resultado, y pese a la satisfacción de Federer con su juego, el partido fue por momentos un compendio de errores, muchos de ellos del habitualmente perfecto número uno.

Cada uno quebró una vez el servicio del otro en el set inicial, y así se llegó a un tie break donde los errores fueron también la norma. Eso sí: en cuanto vio la oportunidad, Federer no la dejó pasar, convirtiendo un ace abierto al revés de su adversario para llevarse el tie break por 7-5 y el set por 7-6 en 59 minutos.

Y otro tie break y otros 59 minutos se necesitaron para resolver el segundo parcial. Federer quebró para 4-3, pero Ljubicic recuperó enseguida el servicio, mientras el público se iba haciendo definitivamente a la idea de que la final de hoy podría ser pareja, pero nunca brillante.

Federer, habituado a ganar con facilidad, mostró su rostro tenso y no del todo simpático en algún pasaje del partido, discutiendo con el juez de silla. Pareció perder el control del encuentro cuando el croata se adelantó 4-1 en el tie break, pero tres errores de Ljubicic y dos aciertos de Federer le dieron cinco puntos consecutivos al suizo y el segundo set.

Ljubicic volvería a desperdiciar una ventaja importante en el tercer set. Quebró en el primer juego al suizo, pero cuando debía ampliar con su saque la ventaja a 4-2, perdió el servicio.

A falta de emociones y espectacularidad, el público se dedicó a hacer "la ola" antes de que Ljubicic sirviera 4-5 para mantenerse en el partido. Lo logró el croata, que igualaba en cinco. ¿Otra vez un tie break?

Sí. El 6-6 llegó por tercera vez, y esta vez el tie break ofreció emoción. Federer tuvo ventaja de 5-3 y un servicio, perpara situarse con set point en 6-5. Federer convirtió dos saques ganadores, y pasó a tener punto de partido para el campeonato.

El punto final fue absurdo, indigno de la pelota que decide el título en el quinto torneo más importante del mundo. Ljubicic sacó, y Federer devolvió de revés: la pelota tocó la faja, saltó unos centímetros y cayó sin peso del otro lado, haciendo imposible la reacción de su rival y entregándole un trozo más de gloria al hombre que, cada vez más, compite con la historia mucho más que con sus rivales.