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Ullrich, ídolo del ciclismo que cayó al vacío

El alemán desapareció del mapa luego de ser excluido del Tour de Francia po un presunto dopaje. El viernes fue despedido vía fax por su equipo, el T-Mobile.

24 de Julio de 2006 | 13:11 | DPA
PARIS.- El Tour de Francia era el destino de Jan Ullrich. Su victoria en 1997, la primera de un ciclista alemán en la mejor carrera del mundo, consagró su ascenso a la categoría de ídolo. Su exclusión de la prueba francesa este año, lo precipitó al vacío del descrédito.

Ullrich elevó el ciclismo alemán a una dimensión completamente nueva, pero probablemente terminó sus once años de carrera deportiva de la peor manera posible: despedido por fax por su equipo, el T- Mobile, a causa de su presunta relación con el médico español Eufemiano Fuentes, eje de una de las mayores investigaciones por doping de la historia.

Sus abogados anunciaron acciones legales contra el despido, pero el largo y feliz matrimonio entre el equipo alemán y el corredor parece no tener arreglo. "Me siento tratado como un número de fax", lamentó. El T-Mobile prepara una profunda remodelación del equipo, donde todo indica que llegarán caras nuevas y se irán viejas, como la del jefe del conjunto, Olaf Ludwig, o el director deportivo, Mario Kummer.

Ullrich fue despedido el viernes de manera sorpresiva, según el ciclista, pues equipo y corredor se habían dado de plazo hasta el final del Tour para abordar su caso. "Quería evitar intraquilizar al equipo", dijo en su web el ciclista, que se resiste a abandonar su posición de capitán. "Sigo estanto en contacto personal con los chicos".

La caída de Ullrich dejó estupefactos a muchos confiados, pero apenas sorprendió al golpeado ciclismo. Su círculo más estrecho, su patrocinador, la dirección del equipo y parte de los medios tiene que unirse al grupo de los ingenuos. La ARD, durante muchos años copatrocinador del equipo de Ullrich con un logo en el maillot, siempre evitó plantear preguntas incómodas.

La simpática figura con pecas caía bien a muchos. Desde su deshonrosa marcha de Estrasburgo el 30 de junio tras ser suspendido, el ciclista de 32 años desapareció de la vista del público.

El corredor nacido en Rostock, afincado fiscalmente en Suiza, parece tener el porvenir asegurado financieramente. Pero incluso su confeso colega David Millar le aconseja salir a la luz, "si no, se destruirá". Sin embargo, el campeón olímpico, ganador del Tour y dos veces campeón del mundo contrarreloj sigue refugiado tras sus abogados, que luchan sobre todo por salvar los restos de sus últimos salarios en un caso poco claro de derecho laboral.

Hasta ahora no hubo más de un tibio comunicado dictado por sus abogados. "No hay pruebas", dice, sobre autotransfusiones de sangre oxigenada almacenada en el refrigerador de un hematólogo madrileño, hormonas de crecimiento, testosterona, insulina o cortisona. Todo eso es lo que supuestamente ordenó Ullrich a través de Rudy Pevenage al cártel del doping español y utilizó durante años.

Frente a esas sólidas acusaciones, Ullrich todavía no presentó alegaciones, aunque anunció pruebas exculpatorias. Sin embargo, como desde España no se esperan acusaciones inculpatorias, su actuación por el momento es probablemente correcta desde el punto de vista legal.

Después de que el T-Mobile, cuyo compromiso financiero se estimaba en unos 2,5 millones de euros (3,15 millones de dólares) anuales, cortara todo enlace con el en su día deportista-anuncio, Ullrich se encuentra ante la nada. El alemán, que creció huérfano de padre, sólo sabe correr en bici. Dejó la escuela antes de terminar y también interrumpió sus estudios de mecánico. Y la esperada sanción de la Unión Ciclista Internacional impedirá que pueda continuar su carrera como ciclista.

El portavoz del T-Mobile, Christian Frommert, deseó a Ullrich, hace no mucho tiempo la estrella mimada, que "su nueva novia le apoye ahora". Antes del Tour, el alemán anunció que se casaría con Sara este año. Hace cuatro semanas la noticia despertó aún gran interés. Ahora su antiguo entrenador Peter Becker advirtió ya que su antiguo pupilo podría convertirse en alcohólico "si nadie se preocupa de él".
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