MOSCÚ.- El estadio Olímpico de Moscú, sede de los Juegos de 1980, le jugó una mala pasada al sofisticado "hawk eye" (ojo de halcón), al dejar a la final de la Copa Davis durante un largo rato sin posibilidad de utilizar el novedoso sistema en su debut en el certamen.
Se disputaba el quinto juego del segundo set entre el ruso Nikolai Davydenko y el argentino Juan Chela cuando el "hawk eye" murió: la pantalla en que se mostraban los fallos discutidos por los tenistas al juez de silla estaba oscura.
No sólo no era posible seguir las alternativas del "hawk eye", sino que en el estadio tampoco podía verse el marcador del partido.
"Fue un problema que afectó a toda la instalación del estadio. En la sala de prensa nos quedamos incluso sin televisión. Pero no fue un problema del sistema 'hawk eye'", dijo a dpa una portavoz de la Federación Internacional de Tenis (ITF).
A diferencia de lo que sucede en el circuito, el "hawk eye" se puede utilizar sin límites en los partidos por la Copa Davis. Chela y Davydenko aprovecharon esa oportunidad, aunque con escasa pericia: sólo tuvieron razón en tres de los 12 reclamos efectuados.
Con la pantalla oscurecida, había expectativa en el estadio por ver quién sería el primer jugador en solicitar la utilización de un sistema que, en realidad, no estaba funcionando.
Y el jugador fue Chela, que lo reclamó en el sexto juego de ese segundo set. Instantes antes el árbitro general de la final, Mike Morrisey, había ingresado a la cancha central para advertir a los capitanes que el "hawk eye" estaba inutilizable.
Al escuchar el pedido de Chela al juez de silla Andreas Egli no le quedó más alternativa que regresar por un momento a los viejos tiempos: decidió por sí mismo que la pelota en cuestión había sido mala y rechazó el reclamo del argentino, que terminó cayendo ante el ruso.