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La ansiosa espera de Colo Colo

Sepa cómo matan el tiempo los jugadores de Colo Colo y las cábalas más llamativas que respeta el equipo de Borghi.

13 de Diciembre de 2006 | 14:20 | Patricio Muñoz Ortega, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Norman Bull, el gerente del fútbol de Blanco y Negro, es el hombre más requerido por la prensa a esta hora. Bull comparte con el plantel popular, entra y sale del hotel y de alguna manera es el nexo entre la prensa apostada fuera del hotel de concentración y los jugadores que sólo salieron de sus habitaciones para llegar al restaurant del hotel y empezar a almorzar.


"Están con esa ansiedad que tendría cualquiera que quiere tocar el cielo, por ellos, que el partido comience ahora mismo", dijo Bull a Emol.


El funcionario añadió que "los veo con unas ganas increíbles, tratando de estar tranquilos y de seguir las instrucciones de Claudio (Borghi) para concluir de la mejor manera todo lo bueno que ya han hecho".


Los jugadores del cuadro popular, matan los ratos de ocios de distintas maneras. Algunos son fanáticos del messenger y del celular, lo que les permite estar en contacto. Otros juegan play station, donde el juego favorito es, obviamente, el Winning Eleven (juego de fútbol). 

Cábalas desatadas

Un entrenador decía que las cábalas no eran pura superstición, "son reforzamientos mentales", explicaba, tratando de darle sustento a una de las más inexplicables pero extendidas costumbres en el fútbol.


El Colo Colo finalista que jugará en algunas horas más la final de la Copa Sudamericana no es la excepción. Por ejemplo: Jugando en Chile, Claudio Borghi siempre pasó al club de golf que se ubica al frente del hotel de concentración para ensayar algunos tiros de salida con su ayudante, Cristián Saavedra.


Después Bichi almuerza con el plantel, recibe al empresario Fernando Felicevich, pero éste no come. Todo viene de la primera vez que el agente de Alexis Sánchez llegó al hotel, donde fue invitado a compartir la mesa pero se negó a comer porque no tenía hambre.


Otra de las cábalas potentes es la presencia del niño Cris Bravo, hijo de chilenos residentes en Nueva York. El menor viajó junto a sus padres al partido de revancha con Toluca, salió a la cancha de la mano de Arturo Vidal y luego aparece en la fotografía oficial junto a Matías Fernández. Esta mañana, el pequeño y su padre acompañaban al plantel en el hotel de concentración.


Finalmente, el recorrido del bus no se cambia aunque suene bastante lento. A las seis y media de la tarde, la delegación del cuadro popular saldrá desde Ciudad Empresarial por Américo Vespucio y sólo virará a la derecha en Grecia, donde proseguirá hasta Maratón para encontrar el estadio Nacional. Aunque haya taco. 


 

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