MADRID.- Raúl González, capitán del Real Madrid, sentenció, con sus dos goles, la victoria merengue ante al Rácing de Santander, el 'equipo revelación' de la liga española, que cayó por 3-1 en el Santiago Bernabeu, en un partido en el que los cántabros nunca se rindieron.
El equipo más goleador de la liga española recibía al conjunto menos goleado. Con la obligada ausencia de Guti -por sanción, tras ver tarjeta roja en Murcia-, Schuster alineó al holandés Wesley Sneijder, recuperado de la lesión que le sobrevino jugando con Holanda, e introdujo -por primera vez, de salida- al brasileño Julio César Baptista, en detrimento del argentino Fernando Gago.
Marcelino García Toral, el técnico más al alza del fútbol hispano, colocó en el lateral derecho a Sergio Sánchez, en sustitución del sancionado Pablo Pinillos -no jugó por acumulación de tarjetas-, y en punta, junto a Pedro Munitis, optó por el polaco Euzebiusz Szmolarek, dejando fuera al congolés Mohammed Tchité.
Los cántabros llegaron al Bernabeu con miras europeas, pero se toparon con un Madrid que confirmó su condición de líder. Forzaron tres saques de esquina en los primeros dos minutos, aunque, justo después, una triangulación entre Baptista, Ruud Van Nistelrooy y Raúl fue aprovechada por éste para abrir el marcador.
Y en el 10, una sensacional acción de Sneijder originó el segundo gol, después de que Sergio Sánchez, al intentar despejar, alojase en la portería del rebasado Toño el 'chut' sin ángulo del holandés.
El Racing no se arrugaba y, en el 15, el argentino Aldo Duscher ponía a prueba a Iker Casillas, que, de gran intervención, demostró, una vez más -y después de 400 partidos como merengue-, que no andan demasiado errados los que le consideran el mejor portero del mundo.
Szomalarek -el hijo del mítico Wlodzimierz, integrante de la mejor selección polaca de la historia- pudo reducir distancias recién pasada la media hora, al estrellar un balón en el poste; y el argentino Ezequiel Garay recordó, al cabecear, a ocho del descanso, un córner de Munitis, que los de Santander seguían vivos.
En la reanudación, apareció el a ratos churrigueresco Robinho, que se mostró incisivo por la izquierda, por donde puso en aprietos a Sergio Sánchez y provocó una acción de Colsa que gran parte de los presentes interpretaron como penal, pero que Muñiz no señaló, y la posterior sustitución del hoy lateral diestro del Racing.
Pero la irrupción decisiva fue la de Raúl González, que sentenció la victoria local al ejecutar de forma magistral un lanzamiento directo en el 69. El capitán ya lleva ocho tantos y es el máximo anotador del equipo.
A pesar de salir derrotado, el equipo cántabro no se rindió en ningún momento, demostrando categoría y casta. A falta de un cuarto de hora para la conclusión, Munitis -habitual goleador como visitante en el Bernabeu- anotó el tanto de la honra al culminar una gran jugada de Tchité, que había sustituido poco antes a Smolarek.
Cantabria entera salió con la cabeza alta del Bernabeu, donde el Madrid sumó su decimocuarta victoria seguida. Para los exégetas del 'schusterismo' puede que el equipo haya podido jugar mejor. Y las estadísticas pueden despistar, pero no engañan. El Racing llevaba sólo nueve goles encajados en todo el campeonato. En Madrid hoy encajó, en un solo partido, la tercera parte de esa cantidad.
