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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 16:09
ALMERÍA.- El Real Madrid rompió una racha de ocho victorias consecutivas y 10 partidos sin perder al caer hoy por 2-0 ante el Almería, concediendo al Barcelona la opción de situarse a seis puntos del líder de la Liga española si mañana gana al Osasuna.
La vigesimosegunda jornada se abrió con una enorme sorpresa, en especial al ver cómo el Almería, recién ascendido, se imponía al líder con un gran juego, suficiente para acobardar a un líder que no ejerció de tal.
El Almería aplicó un arma muy eficaz ante los blancos: jugar sin complejos. Su osado técnico, Unai Emery, dispuso una alineación con tres delanteros, con el objetivo de presionar la salida del balón del rival, adelantando también la línea defensiva. Y el Real Madrid se ofuscó, cediendo ante los locales.
El Almería apenas tardó 15 minutos en traducir su buen juego en un gol, ayudado por un despiste de la defensa blanca. El conjunto andaluz sacó una falta con rapidez, Fabio Cannavaro se resbaló y Juanito empujó a la red ante el delirio de la hinchada local.
El Real Madrid no podía sujetar el ímpetu del Almería, que tampoco renunció a aumentar la renta. La defensa madridista vivió una pesadilla y el centro del campo nunca encontró un balón decente que llevar hacia sus delanteros. El líder casi agradeció la llegada del descanso.
Pero el equipo de Bernd Schuster volvió a caer en desatenciones en la reanudación y concedió el segundo gol al primer minuto. El Almería realizó una gran combinación y Cannavaro arrolló a Alvaro Negredo cuando éste iba a marcar. El propio delantero transformó el penal en gol.
El Real Madrid apeló entonces a su orgullo para intentar dignificar su viaje a Almería. Creó buenas ocasiones, especialmente con remates de Julio Baptista o Robinho, pero enfrente estuvo un gran portero, el brasileño Diego Alves, que sacó un par de manos fantásticas.
El conjunto blanco sumó su tercera derrota en la Liga española y nadie podrá decir que fue injusto. Ahora la pelota está en poder del Barcelona, obligado a ganar mañana para que el torneo recupere la emoción.
