Gustavo Kuerten ha ganado 20 títulos, de los cuales tres han sido en Roland Garros
EFE
RIO DE JANEIRO.- Los aficionados y la prensa brasileña comenzaron a digerir este miércoles el amargo ocaso de Gustavo "Guga" Kuerten, el ex número uno del mundo y cuya carrera da los últimos años ha tenido resultados poco dignos de su historia tenística.
Anoche Kuerten, de 31 años, jugó su último partido en el Abierto de Brasil, el torneo más importante de su país y en cuyas canchas de arcilla reinó en el esplendor de su carrera.
Tras un aplastante derrota por 7-5 y 6-1 frente el argentino Carlos Berlocq (74 del mundo) y ante unas tribunas llenas de emocionados compatriotas, Kuerten salió de escena bañado en lágrimas y con la voz quebrada. "Aprovecho para agradecerles", dijo Guga dirigiéndose a los aficionados en las tribunas.
"No es que no quiera realmente jugar, hasta les pido disculpas, pero es que realmente no consigo jugar más", remató, desatando el nudo de lágrimas del público, y especialmente del técnico del ex astro mundial, Larri Passos.
"Larri fue mucho más que un padre para mí", señaló al agradecer también a su propia familia y a su equipo de apoyo. Eran lágrimas de emoción, de un ex ídolo nacional que desde hace algunos años se ha resistido a renunciar a la gloria en un país que adora a sus ídolos deportivos como a dioses de esta tierra.
Pero también eran lágrimas de dolor físico, porque durante este partido final, su cadera y su columna le recordaron insistentemente que su cuerpo ha cedido a las lesiones y ya no es capaz de exponer su tenis agresivo y rápido de los viejos tiempos.
Su estilo personal lo llevó a ganar el Abierto de Brasil en 2002, sobre el argentino Coria; ser sub campeón en 2003, otra vez campeón en 2004, contra Agustín Calleri y sub campeón de dobles 2006, al lado de André Sá.
La fulgurante carrera de Guga comenzó a declinar a golpe de lesiones y acabó siendo derrotada por un dolor crónico en la cadera y una operación infructuosa. Anoche, tras un primer set más o menos equilibrado, tuvo que salir de la cancha para recibir atención médica en el vestuario, lo que agregó más dramatismo al partido.
"Yo realmente no esperaba todos estos homenajes. Ganar el Roland Garros es mucho más fácil que encarar este momento", recalcó a su público en el torneo que se disputa cada año en Costa de Sauipe, estado de Bahía.
"Si durante todos estos años yo gané, conquisté títulos fue por causa de ustedes. Si continué luchando esos años fue por causa de la fuerza del público y sólo tengo que agradecer", manifestó esforzándose por dominar los sollozos y articular las palabras.