BEIJING.- La construcción de edificios en Pekín estará prohibido desde el próximo 21 de julio, 18 días antes de que empiecen los Juegos Olímpicos, hasta el 20 de septiembre, cuando finalicen los Paralímpicos, para tratar de controlar la contaminación de la ciudad durante la cita deportiva.
Así lo anunciaron hoy en un comunicado cuatro departamentos del Gobierno local, entre ellos el de construcción y el de protección medioambiental.
"Las partículas y el polvo en los lugares de construcción, los cuales cubren unos 100 millones de metros cuadrados en Pekín son una de las principales fuentes de contaminación", dijo Du Shaozhong, subdirector del Buró de Protección Medioambiental de la ciudad.
Además, las obras se paralizarán a partir del próximo día 20 cada vez que Pekín sufra serios vendavales o alguna de las habituales tormentas de arena procedente de los desiertos de Mongolia que cada primavera afectan a la capital.
El observatorio municipal anunció a principios de mes que esta primavera se prevén unas diez tormentas de arena, cerca de la media anual pero seis más que el año pasado.
La contaminación es un grave problema para Beijing de cara a los Juegos Olímpicos hasta el punto de que algunos atletas ya han manifestado que se plantean competir con máscaras.
Beijing anunció ayer que ha puesto en marcha, entre otras medidas, el traslado de fábricas, el cierre de gasolineras o la prohibición la circulación de automóviles.
Ninguna construcción olímpica se verá afectada por esta medida, ya que a estas alturas tan sólo queda el Estadio Olímpico sin terminar y según las autoridades estará listo para finales de abril, antes del test preolímpico de atletismo que servirá para inaugurar oficialmente el recinto.
Hasta el momento, Pekín ha invertido casi 17.000 millones de dólares para paliar el problema en su capital, una de las ciudades más contaminadas del mundo.